San Diego, 18 de noviembre.- SpaceX, la empresa liderada por Elon Musk, vivió un segundo intento problemático con su sistema de cohetes de espacio profundo, Starship. A pesar de un despegue exitoso, el propulsor Super Heavy sufrió una explosión sobre el Golfo de México, seguido por la pérdida de señal de la nave espacial Starship.
El despegue, que tuvo lugar a las 8 a.m. ET, vio la separación exitosa entre el propulsor y la nave espacial. Sin embargo, la destrucción del propulsor Super Heavy ocurrió cuando la Starship continuaba su viaje, utilizando sus seis motores para alcanzar velocidades cercanas a la orbital.
Durante la transmisión en vivo, el ingeniero aeroespacial John Insprucker mencionó que el sistema automatizado de terminación de vuelo en la segunda etapa se activó tarde, lo que resultó en la pérdida del vehículo.
El plan original incluía que la Starship completara casi una vuelta a la Tierra y aterrizara en el Océano Pacífico cerca de Hawaii. Sin embargo, la misión se vio interrumpida por la destrucción del vehículo poco después del despegue, evocando recuerdos del intento de lanzamiento anterior en abril, que también terminó explosivamente.
A pesar de los desafíos, SpaceX ha destacado la importancia de estos fallos durante el desarrollo de cohetes, enfatizando que estos errores explosivos son parte integral del proceso de aprendizaje acelerado, fundamental para avanzar en la tecnología espacial.
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