En el proceso interno de selección de las candidaturas, en lo que hace a
Gubernaturas de 9 entidades, para la elección de junio 2024, acorde a la regla
de paridad ordenada por el INE, cinco mujeres y cuatro hombres, resulta
aparentemente beneficioso a la lucha histórica femenina, en la
democratización de los espacios públicos.
Sin embargo, la paridad, no debería jugarle a la caridad en que se está
convirtiendo esta regla, en que solamente por el hecho de ser mujer, tendría
derecho a estar en la boleta, aún cuando aspirantes en cuestión no son
precisamente “la mejor carta” de tal o cual partido. Por ello la pregunta:
¿Paridad o caridad?
Clara Brugada, en segundo lugar en las preferencias electorales en la Ciudad
de México, la elegida por el Partido de la “Transformación”, frente a Omar
García Harfuch, el ex secretario de seguridad pública, quien lideraba las
encuestas con 40.5% vs 26.7% ¿Digno para las mujeres, que solo por el hecho
de ser mujeres, se lleven la candidatura?
La regla, garantiza la presencia de mujeres, y eso es bueno en lo general,
recordemos aquello de las cuotas de género, hasta alcanzar la anhelada
paridad, pero de eso a que se incurra en la complacencia, de incluir por incluir
abre la puerta, por un lado a desconocer capacidades, intención de la voluntad
del electorado, y por supuesto el riesgo de perder.
Como dicta el adagio popular “en la guerra y en el amor todo se vale” y en el
proceso del año que viene, se torna con una gran participación de mujeres,
eso es de celebrarse, a la luz de alcanzar mejores estándares en la
implementación de una política pública tal como la perspectiva de género e
igualdad, lo cuestionable, es que una regla técnica, sacrifique la dignidad, y
con ello, el desaliento de que la mujer, sea cosificada; y además permitido por
las contendientes mismas en el afán de poder, por lo que a juicio de quien
escribe, eso más que enaltecer la paridad, a decir verdad lo hace cuestionable,
dudosa y criticable.
Caso muy distinto, el de Rocío Nahle, en Veracruz y Margarita González en
Morelos, quienes resultaron favorecidas tanto en las preferencias en las
encuestas, como desde luego fortalecidas, en el marco del criterio de paridad.
La realidad es que la paridad normativa, consagrada constitucionalmente
desde 2018, cierto, es un logro para que más mujeres no solo participen, sino
que tengan las condiciones para acceder a puestos de poder, garantizando la
perspectiva de género y la igualdad en el ámbito de la esfera pública, pero
insisto ¿a qué precio?
Porque si es a precio de romper con lo que en antaño, tanto se combatió de
que poderosos cuadros de mujeres eran sacrificadas para que un caballero
fuera el candidato, hoy con este tipo de cosas, se incurre exactamente en lo
combatido, solamente que ahora en detrimento del sexo opuesto.
La democracia, tiene reglas, pero quiero entenderlo bien ¿paridad o caridad?
¿𝑼𝒔𝒕𝒆𝒅 𝒒𝒖é 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒂?
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