Hace un tiempo viví una incongruencia en la Oficina Fiscal de Tamaulipas cuando cedí los derechos vehiculares a mi hija mayor que radica fuera de este estado norteño.
Las autoridades de ese tiempo querían que el vehículo cambiara de propietario aquí, aunque la nueva propietaria radicara en otra entidad del país, por lo que el problema quedó en el aire, sin solución por varios años.
La Oficina Fiscal exigía que se pagaran derechos vehiculares de un auto que no poseía… hasta que mi familiar hizo el trámite en aquella entidad de su residencia.
Como suele suceder, la incomunicación entre entidades es campeona porque en Tamaulipas querían seguir cobrando derechos vehiculares de la unidad ya emplacada en otra entidad.
Ante el requerimiento de la Fiscal Local, presenté la documentación y comprobantes de baja y alta vehicular de la entidad diferente a Tamaulipas y aunque pagué un servicio de Fax que nunca fue contestado, finalmente me dieron la baja y dejaron de requerirme.
Siempre tuve la idea de la ineficiencia de los funcionarios, trabajadores o legisladores se debía por el color del partido que solo veía un solo lado: el ingreso a las arcas hacendarias del Estado.
Lamentablemente los hechos se repiten, casi en una forma muy singular, con un partido político de color diferente en el poder.
La mañana de este martes 21 de noviembre, acudí a la Oficina Fiscal del Estado en el Parque Bicentenario de la capital tamaulipeca, para intentar dar de baja un vehículo que entregué a una agencia de autos local, como enganche de una camioneta.
La sorpresa es que la legislación correspondiente, dicen los empleados, no está contemplada la baja vehicular sola, obligatoriamente el contribuyente debe pagar una compra venta.
Solo de la baja cuesta $622 pesos. Adicionalmente los ¿impuestos? por la compra-venta y estamos hablando de ¡Miles de pesos! por un automóvil de modelo reciente, aunque de marca modesta.
Sin entender la documentación que entrega la oficina Fiscal del Estado, el día 17 de noviembre pasado, la agencia vendedora de la unidad nueva, en el intento del pago de baja del auto que recibe de enganche, recibe documento fiscal que señala en fecha de “vencimiento el 11 de diciembre”, donde se debe pagar $ 5mil 461.00, más los $622. Total 6 mil 083.
Este 21 de noviembre, la agencia se hizo acompañar del propietario del auto en cuestión y la Ofician Fiscal del Estado señala como nueva “fecha de vencimiento del 12 de diciembre de 2023”, con un importe de $5 mil 302.00, más los $622, haciendo un total de $5 mil 924.
Entiendo que una constante de las autoridades -del nivel de gobierno que me diga- es el ingreso financiero a las cajas del erario público. Pareciera que hay acciones sin analizar posibilidades de error o duplicidad, porque, en el caso que nos ocupa, los 622 pesos es por la baja, aunque también se pagará la compra venta… y la ¿alta?
Los ciudadanos no siempre queremos huir del pago de impuestos, solo buscamos haya congruencia en los actos de gobierno y que con las explicaciones claras de qué es lo que cobran, su fundamento y la forma en que se calcula.
Desconozco el número de evasores fiscales, pero muchos connacionales buscan la forma de evitarlos sistemáticamente aún, sabiendo que el Fisco es groseramente agresivo con quienes no cumplen esta obligación.
Ojalá y este nuevo gobierno tamaulipeco revise verdaderamente lo que haya necesidad de cambiar, de modificar, de adecuar, con la idea única de auxiliar a la ciudadanía, sobre todo aquellos que intentamos cumplir con lo que nos corresponde.
Son tan absurdas unas normas que algunos niveles de gobierno, estimulan más a quienes no pagan a tiempo cuando les condonan multas y recargos con tal de ponerse al día en sus adeudos, como el impuesto predial, o los adeudos del agua.
En otras entidades, a quienes pagan a tiempo, no solo les condonan hasta dos meses, sino que les incorporan a rifas de enseres domésticos, electrónicos, terrenos y hasta autos del año.
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