Muchos creímos, porque así lo parecía, que Marcelo Ebrard saldría por la puerta trasera de
Morena. Hasta suponíamos que preparaba un golpe traidor a la 4T y por supuesto a su líder
Andrés Manuel López Obrador. Ahora celebramos la equivocación al igual que su decisión
de permanecer como parte del proceso de cambio que sin duda ha de intensificarse con la
llegada de Claudia Sheinbaum a palacio nacional.
El ex canciller mostró madurez y congruencia con el ejemplo que alienta a sus partidarios,
algunos de los cuales, según dejó entrever su mensaje de este lunes, servirán desde diversas
trincheras en el próximo régimen. Él mismo pinta que ni mandado hacer para convertirse
en senador y muy probablemente coordinador de la mayoría. De suceder sería un
representante popular de lujo.
El asunto es que Marcelo no se va de Morena, por el contrario, fortalece el proceso del que
doña Claudia es eje central. Ya es pública la invitación y la respectiva aceptación lo cual evita
la presunta división difundida por la oposición que se frotaba las manos como triunfo de la
alianza maldita que ahora mismo aparece poli contundida por los fracasos de sus “líderes
morales”, sumados a los errores y tonterías de “la chupitos” Xóchitl Gálvez incapaz de hilar
dos ideas, tal cual lo demostró durante el último de sus eventos organizado bajo el pretexto
del informe como senadora, cargo que pronto abandonará. ¡Uff, ya era tiempo!
Siempre reconocimos la inteligencia de Ebrard quién por un capricho, “berrinche” u como
se le quiera llamar, puso en riesgo el capital político acumulado durante décadas para
enrolarse en una aventura menor a su nivel y categoría. Eso de figurar como probable
“candidato” de Movimiento Ciudadano fue el distractor perfecto para exhibir la ruindad y
pobreza moral del PRI, PRD y PAN cuyas dirigencias daban por derrotado a Morena y como
consecuencia el regreso del saqueo y la corrupción del neoliberalismo, incluida la
cancelación de los programas de bienestar y las obras monumentales de beneficio
comunitario.
De alguna manera ME es una inversión pública que al margen de los dividendos producidos
durante su desempeño al frente del gobierno de la CDMX y de la secretaría de Relaciones
Exteriores, todavía puede aportar mucho más a la democracia y la justicia social. Por esta
razón es muy respetable su deseo de figurar como candidato presidencial en el 2030. En
este sentido en algunos medios de comunicación y “analistas” adversarios, explotan la
circunstancia de la edad considerando que, para entonces, tendrá setenta años. ¿Acaso no
saben que mister Biden, el presidente de la nación más poderosa rebasa los ochenta
inviernos?
Sea como fuere, Ebrard sigue siendo uno de los activos más importantes de Morena y por
lo tanto de gran apoyo para Sheinbaum en el intento de alcanzar la votación histórica que
garantice reformas y avances transformadores que debido a la mezquindad de la oposición
han sido pospuestos.
“FUEGO AMIGO” EN MORENA
Mientras tanto en la capital del estado se echó a andar sucia campaña contra el diputado
José Braña Mojica al parecer patrocinada por quienes pretenden conservar el poder sin
considerar el daño producto de su negativa administración. Y es que quien encabeza el
ayuntamiento está obsesionado por lograr la reelección a pesar de no reunir merecimientos
mínimos que le hagan acreedor tal privilegio.
En cualquiera de los temas el ayuntamiento encabezado por Lalo Gattás está reprobado
destacando la inseguridad convertida en pesadilla para las familias victorenses que han
sufrido un ayuntamiento al que solo importa recaudar impuestos abusando de la opacidad.
Sea que la comunidad es ajena a la aplicación de recursos públicos cuando debiera ser la
mejor informada con veracidad y resulta que es todo lo contrario.
Es de creer que la campaña se origina en la posibilidad de que el legislador señalado se
convierta en candidato morenista a la alcaldía. Esto pone nerviosos a quienes suponen que
la presidencia municipal es propiedad de unos cuantos y no institución de beneficio
colectivo. Pelaos estos.
SUCEDE QUE
Aspirantes al senado…¿se le cerró el mundo a Morena?
Y hasta la próxima.
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