Un informe de la ONU revela una discrepancia alarmante entre las metas de calentamiento global y la producción de combustibles fósiles planificada por las principales naciones. Según el estudio, la producción proyectada para 2030 supera más del doble la cantidad compatible con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados. Este incremento de temperatura ya está contribuyendo a fenómenos climáticos extremos y podría intensificarse si las tendencias actuales continúan.
El secretario general de la ONU, António Guterres, criticó fuertemente la expansión de la producción de combustibles fósiles, subrayando el peligro que esto representa para el planeta y la humanidad. Hace un llamado urgente a los países del G20 para que lideren la transición hacia energías limpias, eliminando la financiación y las licencias para nuevos proyectos de petróleo y gas.
La decisión del Reino Unido de aumentar las licencias para la producción de petróleo y gas ha provocado una reacción negativa entre los ambientalistas, destacando las tensiones entre las políticas económicas a corto plazo y las necesidades medioambientales a largo plazo. Con la viabilidad de la captura de carbono aún en duda, el informe sugiere que es imprescindible reducir restrictivamente el uso de carbón para 2040 y también el de petróleo y gas natural, para evitar socavar la transición energética necesaria para un futuro sostenible.
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