La Amazonía brasileña enfrenta uno de sus momentos más difíciles. Una sequía sin precedentes, junto con temperaturas récord, ha llevado al trágico fallecimiento de toneladas de peces en lagunas cercanas a Manaos, el corazón de la selva más grande del mundo.
La Reserva Ambiental de Desarrollo Sostenible del Lago do Piranha en Manacapuru, situada en las orillas del río Amazonas y a tan solo 84 kilómetros de Manaos, fue testigo del desolador panorama: miles de peces muertos flotando, víctimas de la caída de niveles de agua y el aumento en la acidez debido a las altas temperaturas. Atraídos por el olor, garzas y patos han comenzado a alimentarse de los restos.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima, discutieron esta preocupante situación. Como resultado, se lanzó la “Operación Sequía”, destinada a asegurar el suministro esencial en Amazonas, donde la mayoría de los municipios están en estado de alerta.
Es paradójico que, estando en una de las mayores reservas de agua dulce, los habitantes de Manacapuru dependan de cisternas suministradas por la Defensa Civil. Adicionalmente, la baja de los ríos ha aislado a 24 municipios, impidiendo el acceso de embarcaciones, su principal medio de transporte.
El miércoles, los termómetros marcaron temperaturas históricas en la región: 38,7°C en Manaos y 39,1°C en Manacapuru. Se prevé que este año se supere el récord histórico de 39,0°C en Manaos registrado en 2015. Además, la humedad en Manaos ha descendido al 39%, bastante lejos del nivel recomendado por la OMS.
Esta situación no solo es atribuible al fenómeno de El Niño. La crisis climática, la deforestación de la Amazonía y el aumento de incendios forestales también están agravando el problema. Es una llamada de atención sobre la importancia de cuidar y proteger nuestra invaluable Amazonía.
Discussion about this post