Ciudad de México, 7 de junio de 2023.-Ucrania ha acusado a Rusia de llevar meses preparando el terreno para la destrucción de la presa de Kajovka en el río Dniéper y de intentar culpar a Ucrania por sus propios crímenes. Durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, calificó el acto como un “acto terrorista” dirigido a causar el mayor número posible de bajas civiles y destrucción.
El embajador destacó que las tropas rusas han estado controlando la presa durante más de un año y enfatizó que es “físicamente imposible” volar la presa desde el exterior. Según Kyslytsya, la presa fue minada por los ocupantes rusos y posteriormente detonada como parte de una táctica de “tierra quemada”, ya que Rusia es consciente de que el territorio capturado no les pertenece y no podrán mantenerlo.
El embajador ucraniano señaló que la posible destrucción de la presa ha sido discutida durante algún tiempo por diplomáticos y medios rusos, lo que indica que fue planeada de antemano con el objetivo de culpar a Ucrania. Mencionó una carta enviada por Moscú a la ONU en octubre pasado, donde se advertía sobre supuestos planes ucranianos para atacar la central hidroeléctrica de Kajovka, considerándola como parte de los esfuerzos rusos para justificar la destrucción de la presa.
El embajador ruso, Vasili Nebenzia, responsabilizó a Ucrania de la destrucción de la presa y recordó la carta enviada por Rusia a la ONU como evidencia de sus acusaciones.
El incidente ha tenido graves consecuencias, ya que el nivel de las aguas del río Dniéper cerca de la ciudad de Jersón ha aumentado más de tres metros este martes. Se estima que la mayor extensión inundada se verá en un plazo de tres a cinco días, afectando especialmente la margen izquierda del río controlada por fuerzas ucranianas. Algunas localidades podrían quedar totalmente cubiertas por las aguas, lo que provocará problemas en el suministro de agua potable que también afectarán a Crimea, la península ucraniana anexada por Rusia.
El conflicto entre Ucrania y Rusia continúa escalando, y la destrucción de la presa de Kajovka representa un episodio devastador con graves repercusiones humanitarias y medioambientales. La comunidad internacional sigue vigilando de cerca la situación y busca soluciones diplomáticas para poner fin a este conflicto.
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