Más allá del juicio popular, sin esperar sentencia divina ni condena
masiva, la muerte de Antonio de la Cruz y su hija Cinthia será abono
para el ejercicio del periodismo libre, ese que tratan de destruir desde
uno y otro lado, porque los intereses que se enfrentan en el mismo
objetivo, aunque son disímbolos, persiguen exactamente lo mismo, el
poder.
Ser periodista es acercarse a la tumba día a día, no creo que haya
otra profesión tan riesgosa en el país, cuando se actúa en función del
compromiso de la comunicación, pero sobre todo en búsqueda de la
verdad, uno va cavando, tratando de exhibir lo podrido de una realidad
que agobia.
El asesinato de Tony nos lleva a una respuesta contundente, el
objetivo no era él, sino lo que representa la existencia de entes libres
en el ejercicio de la comunicación. Basta revisar su cuenta de Twiter
para entender quién era él, como era él y que buscaba él.
La muerte de su hija es más dolorosa aún, con 23 años de edad
viajaba con él en el automóvil, victima colateral que terminó siendo re
victimizada por la propaganda, mis fuentes me indicaron minutos
después del atentado que llegó con muerte cerebral al hospital y la
mantuvieron con vida artificial tan solo para que el impacto social se
diluyera.
Por ello, por ese simple hecho las líneas de investigación se
acrecientan, no fue fortuito, la siembra de miedo es una estrategia que
deja huella y que corresponderá a los investigadores seguirla o
simplemente abandonarla.
El daño ya está hecho, no creo que haya nada que lo consuele, ni los
resultados de las investigaciones, ni la manipulación de la información,
ni las manifestaciones, ni siquiera estas líneas en este artículo.
Pero hay una manera de conmemorar su artero asesinato, seguir su
línea libre de comunicación, escribiendo en redes sociales día a día, lo
que la conciencia nos dicte a los periodistas, lo que nos consta en
función de lo que investigamos y no tener miedo.
Su presentación en redes sociales donde se identificaba como
@TonyPress dejaba en claro que sus “Posts” no representaban el
punto de vista de la empresa donde trabajaba. Nota suficiente para
entender que sus opiniones estaban más allá de una mordaza, una
línea editorial o una consigna.
Muchas veces criticado por sus exposiciones pero nunca rehuyó el
debate, con la documentación completa y argumentos sólidos
enfrentó a los “Bots” exhibiéndolos, entendía perfectamente que esas
estrategias de propaganda eran un cáncer para el periodismo libre y
que su proliferación obedecía precisamente al apoyo de dinero
público.
Tony hacía el trabajo de sus fuentes asignadas en forma profesional,
pero pensaba, investigaba y actuaba según su conciencia, hoy toda la
sociedad debería de seguir su ejemplo, porque “nunca el filo de un
machete ha podido cortar el perfil de una pluma”, frase del periodista
hondureño Paulino Valladares que sin duda marcó el compromiso de
Antonio de la Cruz.
Como periodista independiente huyó de la imposición gubernamental,
sirvió de ejemplo para muchos, nos deja un legado en forma de alas
que sin duda nos pueden hacer volar.
Critico contundente en sus redes sociales de la inseguridad que nos
agobia, defensor de causas ignoradas por las autoridades, gran
amante de sus mujeres, su esposa y sus 3 hijas, exponente orgulloso
de la cultura del esfuerzo y víctima del poder, así podemos sintetizar
su compromiso personal con la comunicación.
Tony, puedes descansar en paz, en recuerdo tuyo y de tu hija Cinthia,
los periodistas te expresamos: NO NOS VAN A CALLAR.
Jorge Alberto Pérez González
www.optimusinformativo.com
optimusinformativo@gmail.com
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