La noche del 2 de noviembre del 2014, el mundo fue testigo de un fenomenal evento,
en las Torres Cilíndricas de Marina City en Chicago, Illinois, en la que Nikolas
Wallenda (Nac. 24-01-79), hizo historia al caminar en lo alto, con la ayuda de una
pértiga, por un tenso cable sin arnés, sin red de protección, ni paracaídas.
¡Qué locura por Dios! ¿Qué motivó a este hombre a cumplir con el reto? ¿Qué tal si
fenece en el intento? ¿Estaba debidamente preparado para esa misión? ¿Por qué
correr riesgos innecesarios? ¿Cuánto le pagan por desafiar la muerte?
A temprana hora las frías (12º. C) y atestadas calles cercanas al Río Chicago, fueron
asaltadas por unos 50 mil espectadores, que esperaron con ansia el momento de la
verdad, para ello, el equipo de seguridad de “Nik”, afinaba los últimos detalles junto
a técnicos y camarógrafos de Discovery Channel.
Fueron auténticos tumultos de asistentes que buscaban el mejor lugar, para ser
parte de la función del “SKYSCRAPER LIVE WITH NIK WALLENDA” y para variar
este suceso fue trending topic en Facebook, Twitter, Google y otras redes sociales.
En esa tarde los vientos soplaban a una velocidad de 19km/h.
Ya en anteriores presentaciones el equilibrista nativo de Sarasota, Florida, había
captado la atención mediática internacional, incursionando en este show en el año
1992 y forma parte de una generación de artistas, que por décadas han asombrado
al planeta con sus bizarras hazañas.
Cabe destacar el temple férreo que mostró antes y durante su recorrido, por medio
de la Tv, el funámbulo dio entrevistas a una conductora de Discovery Network y “dijo
estar altamente entrenado, seguro de sí mismo” y acto seguido abrazó a su familia,
que se encontraba en la azotea de uno de los rascacielos.
Con sorpresa me percaté a través de las tomas aéreas de la televisión, de que en
los instantes que cumplía su trayecto, entabló un diálogo directo y franco con su
señor padre Terry Troffer, quien lo guió con un altavoz en el trecho que transitó a
ciegas, lo cual le brindó mayor determinación.
Además de sus habilidades y destrezas acrobáticas, Wallenda debió tener bien
grabada la ruta crítica, centímetro a centímetro, cuadrante por cuadrante, la
estrechez y pendiente de la cuerda y conviene referir, que aunque a Chicago se le
llama la “Ciudad de los Vientos”, esta vez el aire obró a su favor.
Con devoción el sujeto hizo una oración previa al acontecimiento, lo que es
importante anotar, es que vi su rostro tranquilo, dulce, confiado y le manifestó a la
comentarista: “este es un trabajo al que siempre me he dedicado, a pesar de su
peligro, porque me apasionan las alturas”.
“El Rey de la cuerda floja” cruzó 140 mts., en menos de 7 min., del edificio Marina
West (180 m. alto) al Leo Burnet (204 m. alto), por un alambre de acero cuya
inclinación fue de 19 grados, enseguida regresó a la torre inicial y de ahí anduvo 28
metros., con los ojos vendados hasta el Marina East, en 1 minuto 17 segundos.
Los organizadores pidieron al público que permaneciera en silencio, no obstante al
conquistar el doble récord Guinness, la gente estalló de emoción y en una charla de
Delilah, madre de Nik, afirmó “que de niño cuando practicaba, a escondidas jalaba
del cordón para que Wallenda viera que podía caer”.
Este personaje también ha marchado sobre tensores, por encima de las Cataratas
del Niágara (2012) y el Gran Cañón del Colorado (2013) y es descendiente de la
dinastía “The Flying Wallendas”, del que su bisabuelo Karl, se mató a los 73 años
al caer de un cableado en San Juan, Puerto Rico (1978).
Ese memorable domingo su página de Facebook fue inundada de acotaciones de
sus fans de todo el orbe, por mi cuenta publiqué: “Congratulaciones #NicWallenda
eres un ser superior. Felicitaciones desde Cd. Ocampo, Tamaulipas, México. Me
quedo con tu valentía y sencillez”.
Facebook/olimpobaezcedillo Twitter: @guiadelbien
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