Hace 27 años, justamente el 23 de Marzo de 1994 por cuestiones de trabajo,
acompañé a la metrópoli de Monterrey, Nuevo León, al licenciado Raúl Emilio Garza
Hernández, Director de Recursos Humanos, dependiente de la Secretaría de
Servicios Administrativos del Gobierno de Tamaulipas.
Dicho personaje, en sus ratos libres era un connotado político en la entidad, incluso
había sido delegado del Partido Revolucionario Institucional en varios municipios de
Tamaulipas en otras temporadas, por lo que sus vastos conceptos, alocuciones,
filosofías, experiencias y estilos de vida, tenían que ver con el “arte de la política”.
Cabe señalar que la tarde del miércoles 23 de Marzo de 1994, junto con mi superior
inmediato, tomé el autobús en Ciudad Victoria, Tamaulipas con rumbo a la “Sultana
del Norte”, para descender de la unidad en la “Central Camionera”, ubicada en la
avenida Cristóbal Colon, alrededor de las siete de la tarde.
De ahí salí con el licenciado Raúl Emilio, por los andenes de la terminal de
autobuses y encontré mucho bullicio en torno a las televisoras que había a lo largo
de los pasillos, porque en cadena nacional el periodista Jacobo Zabludovsky,
informaba los detalles del atentado que sufrió Luis Donaldo Colosio en Tijuana, B.C.
Fue un caos total, es más el famoso “Jacobo” con cara de consternación, se
comunicaba con su reportero, quien desde temprano, había cubierto las actividades
del candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de México,
en el estado de Baja California Norte.
Todavía Jacobo, el conductor de Televisa Noticias, anunciaba que su reportero “in
situ”, había entrevistado a un médico que atendía al sonorense en el Hospital
General de Tijuana, quien refirió que el malogrado aspirante a la Presidencia de la
República, con urgencia requería de transfusiones de sangre tipo “A negativa”.
A las 18:55 horas Colosio sufrió un “paro cardiorrespiratorio en el nosocomio”, lugar
en que le practicaron labores de reanimación, en tanto que a las 19:45 horas, los
médicos lo declaran oficialmente muerto y enseguida a las 20:47 horas, un agobiado
Liébano Sáenz, vocero de la campaña “Colosista”, anunció su fallecimiento.
A la mañana siguiente (jueves 24 de Marzo de 1994), llegué con mi colega de
trabajo, en punto de las 8:30 horas, a un gran salón de “CINTERMEX”, el cual se
localiza en Parque Fundidora y en dónde había unos 300 concurrentes, esperando
el inicio de unas conferencias, relacionadas con la “Calidad Total y Productividad”.
En esos instantes los organizadores se dirigieron al grupo y señalaron que como
resultado del trágico suceso, acontecido una tarde antes en Tijuana, México,
tomaron la decisión de suspender estas significativas actividades, a reserva de su
reprogramación posterior.
Junto a mi acompañante caminé por las inmediaciones del Parque Fundidora, en
dirección a la “Macroplaza” de Monterrey, seguí para el extremo del “Palacio de
Gobierno” de Nuevo León, luego vi de lejos el edificio del “Congreso Local”, hasta
arribar a céntricas calles de la urbe regia.
A lo largo del trayecto, observé decenas de bardas con publicidad del candidato
presidencial del tricolor, Colosio Murrieta, en que resaltaban enormes diagonales
negras con pintura fresca, que cruzaban el fondo tradicional del verde, blanco y rojo
del PRI, en señal de luto, debido a que dicho evento cambió la vida nacional.
De algún modo la capital regia, fue semiparalizada durante esa fecha aciaga, dado
que en el “Tecnológico de Monterrey”, Luis Donaldo cursó la Licenciatura en
Economía, misma que concluyó en 1972 y en esta urbe, Colosio conoció a Diana
Laura Riojas, que era una estudiante y quien más tarde sería su esposa.
Luis Donaldo Colosio quien nació el 10 de Febrero de 1950, en Magdalena de Kino,
Sonora, estudió una maestría en Desarrollo Rural y Economía Urbana, en la
Universidad de Pensilvania (1975-1976), fue diputado y senador por el PRI, además
que fue dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional de 1988 a 1992.
Regresando a la tarde del asesinato de Colosio en la colonia Lomas Taurinas, el
extinto, asistió a un mitin de proselitismo con tres mil priístas, una vez concluido el
acto caminó entre la multitud, quien echaba porras y coreaba su nombre, de
repente, se aproximan dos hombres con pistola, quienes logran herir al “líder”.
Diana Laura, estuvo en todo momento en el nosocomio al lado del marido, hay quien
asegura, que fue un grave complot político, que acabó con el sueño de Colosio, que
quiso ser presidente de México y en el discurso del aniversario del PRI en el DF, el
4 de Marzo de 1994, señaló “veo un México con hambre y con sed de justicia”.
Facebook: olimpobaezcedillo Twitter: @guiadelbien
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