A propósito del pasado 11 de marzo, en que se recordó que un día semejante pero de 2020, la Organización Mundial de Salud (OMS), declaró como una nueva pandemia, la creciente propagación por los países del mundo de casos de COVID19, es oportuno hacer una breve revisión del trayecto que ha tenido el comportamiento de esta pandemia a un año de su inicio oficial.
Como se sabe, el 31 de diciembre de 2019 en Wuhan China se registraron 26 casos de una enfermedad respiratoria grave, los cuales habían sido contactos del primer caso conocido (índice). El 30 de enero de 2020, después de 7818 casos confirmados en diverso países, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, declaró que se trataba ya de una Emergencia de Salud Pública Internacional, justificando la propuesta de inicial Plan Estratégico de Preparación y Respuesta, el cual hasta la fecha se ha venido desarrollando y ajustando de acuerdo a su impacto y comportamiento de la pandemia.
Después de solo un año, la pandemia se ha propagado por 224 países con 119 millones de casos acumulados, 25 millones de activos y más de 2.6 millones de defunciones. No se han logrado descubrir y crear fármacos curativos para el COCOVID-19, sin embargo ante la urgencia de dar atención a los casos más graves, se están aprobando algunos productos, como lo hizo recientemente
México en que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) con el Remdesivir que autorizó ser usado solo bajo prescripción médica. Esto no ha ocurrido aún con la Invermectina y mucho menos con el dióxido de cloro que no es reconocido como fármaco.
Por otra parte, a un año de la convocatoria del Director de la OMS, centros de investigación de la industria farmacéutica y públicos de universidades consiguieron crear varias plataformas de vacunas anti COVID-19, con las cuales se han aplicado casi 335 millones de dosis, para un total de 75 millones de personas con esquema completos.
Esta cifra aunque es un avance meritorio, está muy lejos todavía de lo que se necesita, considerando que la población mundial es de 7 869 403 746 personas y se requiere idealmente de que el 70% (5 mil y medio millones) de ellas estén inmunizadas para lograr una inmunidad de grupo que detenga la propagación de
la pandemia.
Además como consecuencia de la desigualdad económica y de poder que existe en el mundo, pese a los llamados de la OMS, se está concentrando la producción y acceso a las vacunas en unos cuantos países, lo cual hace todavía más improbable que en este año se logre un cobertura significativa en inmunización.
En cuanto a la morbilidad y mortalidad por COVID-19, aunque a nivel mundial, se observa por octava semana una reducción sostenida de casos y de muertes, no se espera que este cerca la conclusión de la pandemia y de la desproporcionada demanda de servicios de salud y defunciones ocurrida a mediados de 2020 y principios de 2021. Así mismo, se debe tener presente que la región de las américas (que incluye EEUU) sigue siendo el centro más activo de la pandemia.
Otra consideración es que el comportamiento de la pandemia en forma de olas, representa un riesgo permanente de su reactivación, ahora con linajes de los que derivan nuevas cepas (tipos L y S) y variantes (la B.1.1.7 de Reino Unido en septiembre de 2020, la B.1.351 de Sudáfrica en octubre de 2020 y la P.1 de Brasil
en diciembre de 2020).
El 28 de diciembre se detectó el primer caso en México infectado de la variante B.1.1.7. Se trató de un hombre extranjero de 56 años que llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ‘Benito Juárez’, procedente de Ámsterdam, y que el 29 de diciembre se trasladó a Matamoros, Tamaulipas. Además el de 10 enero de este año, la Secretaría de Salud de Tamaulipas, detectó un caso de Cd. Victoria infectado por la cepa Británica B1.1.7.
De acuerdo a los estudios clínicos y genéticos, esta variedad aunque tiene más capacidad de propagación, da origen con menos frecuencia a cuadros graves y mortales. Se debe tener en cuenta que de estas variantes, constantemente están surgiendo mutaciones que pueden expresarse en cambios en su infectividad, gravedad de sus cuadros, letalidad, capacidad para impedir la detección de las pruebas diagnósticas, susceptibilidad a los tratamientos que emplean anticuerpos monoclonales y capacidad para inducir inmunidad natural o por las vacunas. Por ello es indispensable que las compañías que producen las vacunas, las estén actualizando conforme a la información que arroje la vigilancia genómica.
En cuanto al número de olas pandémicas de la COVID-19, que han afectado al mundo, podemos señalar que después de que la segunda ola causó en Europa, EEU y países de América Latina, más casos y defunciones que en la primera ola, la Organización Mundial de la Salud anunció en enero de este año 2021, que en Europa se inició una tercera ola, que al momento está afectando muy importantemente a Italia, con una incidencia semanal superior a 250 casos por cada 100.000 habitantes, que rebaza en 15% la incidencia previa. Ante esta
contingencia, el gobierno declaró regresar al confinamiento a partir de este lunes 15 de marzo, para resistir este nuevo embate del COVID-19.
América Latina y México no están exentos de que, precisamente ahora que empieza a disminuir la potencia de esta segunda ola y se logre algún avance en la vacunación, nos sorprenda una tercera ola, que ante la crisis económica por el cierre de negocios, la fatiga del personal de salud y funerario y el hartazgo de la población por lo prolongado del confinamiento y restricciones de la movilidad durante 2020, culmine en una mayor explosión de enfermos y fallecidos.
En México se han presentado dos olas de la pandemia por COVID-19. La primera ola abarca del 15 de Abril al 19 de Noviembre de 2020. Está claramente relacionada a la Semana Santa que se festejó del 5 al 11 de abril.
Tratando de que la población permaneciera en su casa, se adelantaron dos semanas las vacaciones escolares y de la burocracia. La explosión de casos determinó que las autoridades ordenaran una suspensión de clases presenciales que hasta la fecha sigue vigente. El pico de casos fue en agosto 5 con 6139 confirmados. Hubo dos
picos de defunciones, el primero se registró el 21 de junio del 2020, con 1044 fallecidos. El segundo fue el 5 de octubre con 2 789 fallecidos.
La segunda ola, abarcó del 20 de noviembre del 2020, al 13 de marzo de 2021.
Tuvo dos picos de casos de COVID-19. El primero se registró el 12 de diciembre con 12 057 confirmados. Estuvo relacionado a las fiestas de la Virgen de Guadalupe. El segundo fue el 22 de enero con 21007 confirmados. El pico de defunciones se registró el 26 de Enero de 2021, con 1746 fallecidos. Los casos y las defunciones estuvieron relacionados a los festejos de fin y principio de año Hasta el 13 de marzo se registran un promedio de 650 muertes.
El panorama descrito y el anuncio del arribo de una tercera ola pandémica a Italia, que por la globalización, amenaza no solo a Europa, sino a EEU y a América latina. Esto significa que como nunca antes debemos sumar esfuerzos para avanzar lo más rápido posible en la vacunación de los grupos más vulnerables, para protegerlos antes de que eventualmente llegue a nuestro país la tercera ola.
Por supuesto además de la vacunación, es fundamental no confiarse de que estemos en semáforo amarillo y todos mantengamos las medidas sanitarias de protección tales como respetar la sana distancia, evitar concentraciones de personas sobre todo en lugares cerrados, lavarse frecuentemente las manos, usar
agua y gel con alcohol, usar mascarilla cuando no sea posible mantener el distanciamiento físico, no tocarse los ojos, la nariz ni la boca, cubrirse la nariz y la boca con el codo flexionado o con un pañuelo, si se tose o se estornuda, quedarse en casa y buscar atención médica ante los primeros síntomas.
Acatar estrictamente estas medidas cobra especial importancia ante el inminente inicio de la Semana Santa. Solo recordemos que el año pasado esta festividad precedió el inicio de la primera ola de COVID-19. Sobre aviso, no hay engaño.
Tomemos cada quien la responsabilidad que nos toca y cumplamos sin pretextos con nuestras tareas.
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