Con el título de hoy he de referirme a la cantidad de dinero que, por negociación,
acuerdo o mandato del patrón, se otorga a los trabajadores por alguna circunstancia
extraordinaria en el desempeño de sus labores.
Los Bonos son concedidos a empleados en activo o a jubilados, sin importar si
pertenecieron a un sindicato, porque también se han autorizado a ex trabajadores
organizados en instituciones independientes como clubes, comités, sociedades, federación o
confederación.
Lamentable pero real, El Bono no se paga en la misma dimensión a unos empleados o
jubilados, que a otros.
El caso del Bono Decembrino otorgado a los jubilados de la educación -por lo menos
en Tamaulipas- donde los que trabajaron en educación básica, reciben cada diciembre 2 mil
500 pesos, ‘libres de polvo y paja’.
En la misma entidad y con las mismas autoridades tanto de educación como del
sindicato, los profesores que laboraron en la formación de docentes, es decir educación
superior, El Bono es de mil pesos menos, en relación a los de básica.
Hasta la fecha, ni las autoridades de educación pública en Tamaulipas ni las
sindicales de la entidad o algún grupo ‘disidente’, han podido explicar la desigualdad de
cantidades a un mismo gremio.
Las fallas en el sistema de cómputo, argumentan funcionarios de los dos ángulos,
omitieron cheques, por lo que hasta la fecha hay un buen número de ex trabajadores de la
educación, del subsistema de homologados, que no han podido cobrar El Bono 2020, con la
promesa de que saldrá en la quincena 3 de este 2021.
El presidente Manuel López, con motivo de la Pandemia que azota al mundo desde
diciembre del 2019, el famoso Covid-19, autorizó un Bono mensual extraordinario, para
todos aquellos trabajadores de la Salud que laboraran en áreas COVID, incluyendo
médicos, enfermeras, camilleros, personal de limpieza, vigilancia, administrativos, etc.
La realidad es que todo quedó en palabrería mañanera, porque incontable número de
trabajadores no han visto reflejado en sus depósitos salariales ese mandato presidencial, lo
que obliga a cuestionar ¿Dónde quedó la bolita?
Cuando intentamos aclarar el pago del Bono al personal de salud, sobre todo en el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), área atendida por el abogado chiapaneco,
Zoé Robledo, la repuesta desde el año pasado es incierta, porque pese a que hay evidencia
en papel de la orden, los trabajadores no ven reflejado los depósitos de nómina.
En el IMSS Morelos, como ejemplo, Cuernavaca, los trabajadores de la salud han
manifestado su inconformidad no solo por la falta de dotación de material de protección
como cubre boca, caretas, gel antibacterial, así como ropa COVID: botas, gorros, batas, etc.
El Bono pareciera ilusión, una promesa de campaña, pese a oficios y circulares de
autoridades centrales.
En la Ciudad de la Eterna Primavera, Cuernavaca, la capacidad hospitalaria ha
llegado a su límite, incluso se descubre que pacientes foráneos llegan de la CDMX para
hospitalizarse, al grado que, por el muy alto número de pacientes COVID-19, en la clínica 1
del IMSS Cuernavaca, se instaló un nuevo contenedor de oxígeno.
La última semana de enero, la capacidad hospitalaria registró ocupación del 90%,
según se dio a conocer por autoridades sanitarias en Morelos que continua en semáforo
epidemiológico rojo hasta el 15 de febrero, según el portal de Inf.24M
Finalmente, El Bono apa’ ¿Para el archivo?
Lo principal es intentar una mejora en la calidad de vida, intentos por una
alimentación sana, más higiene en todas las acciones, hacer ejercicio moderado y no en
grupo.
Es hora de cuidarnos, subir defensas, sistema inmune.
A manera de colofón: Hace unas semanas la Organización Mundial de la Salud
declaró al virus del COVID-19 como una infección endémica, lo que significa que el
COVID-19 será parte de nuestro día a día, como una gripe común, VIH, varicela, etc.
Autoridades médicas aceptan que estamos ante una selección natural como lo afirmó
en su momento el científico Charles Darwin con su Teoría de la Evolución que dice “El
más fuerte es el que sale adelante…”.
En otras palabras “Los más fuertes sobrevivirán”, por lo que estemos preparados para
perder amigos, familiares y afrontar la “nueva normalidad
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