“El mundo es un lugar feroz y despiadado (…) te muestran la cara amable, pero
realmente quieren acabar contigo, Mucha gente dice que un buen negocio es
cuando ambas partes ganan, eso es falso, un buen negocio es cuando ganas tu y
no la otra parte. Acabas con tu rival y te llevas la mejor parte” El secreto del éxito
Donald Trump.
Gran castigo se cierne sobre un sector de la humanidad, la ley de causa y efecto
cobró vigencia, el mundo de oropel, de pompa y circunstancia, de soberbia, de
malicia, del agandalle como forma de vida, la discriminación, explotación y
destrucción del hombre por el hombre está en fase terminal.
Han sido muchos los excesos, el experimento hecho con México donde la muerte
se enseñoreo, la rapiña y despojo a pueblos originarios de América y áfrica, las
guerras por obtener supremacía económica han sufrido un derrotero, el gigante
agoniza, sus prácticas de dominio mundial ya no funcionan.
Ha sido arrodillado junto a su sistema económico perverso y diabólico que permite
a unos gozar sobre el dolor de otros, la propia naturaleza se encargó, un simple
virus ni siquiera el más letal quebró todo el sistema globalizado creado para la
generación de un nuevo orden mundial.
La paralización de la economía China trajo sus consecuencias, el principal
consumidor de petróleo se llevó de encuentro a la OPEP, el petrodólar y las bolsas
del mundo se cayeron, la producción de gas frackin se acabó para EU, era lo que
lo hacía fuerte como potencia petrolera y ahora está en una encrucijada.
Lo paradójico es que ese virus se ha ensañado con todos, países fuertes han sido
arrollados sus haberes, empleos y economías derrumbadas, sus habitantes
encerrados a piedra y lodo, trajo la igualdad social, no distingue posición social ni
género, pero es un virus que le vino a cobrar afrentas a la naturaleza.
Curiosamente la naturaleza se empezó a purificar, desde los satélites se observa
limpia, los animales bajaron a las ciudades libres del temor al hombre, los
cardúmenes y delfines felices paseando por Venecia, los animales y plantas
descansaron, se liberaron y el hombre en un auto encierro, defendiendo su
existencia.
De momento quedaron petrificados los movimientos políticos, los paros, las
manifestaciones en pro de esto, en pro de aquello, el enfrentamiento de géneros,
los egoísmos y rencores, los miedos a la muerte, a la enfermedad, ha demostrado
lo efímero y vulnerable de los terrícolas, aunque la humanidad ya protestó, se
organizan eventos multitudinarios en el mundo y el virus no cede, probablemente
la vacuna sea el principio del fin.
El humano cambia a través de shocks, este evento traumático que hizo a todos
recordar la pre historia, buscando alimentos para refugiarse en su cueva y pasar
un invierno que mata, por las inclemencias del tiempo o por las fieras salvajes,
algo bueno traerá a estas sociedades capitalistas tan deshumanizadas émulas de
las hordas.
Creó conciencia de la interdependencia y solidaridad de las sociedades tan
necesarias para sobrevivir, esto sucedió con un simple organismo microscópico,
que podríamos esperar de una amenaza extraterrestre, esto parece un preludio de
catástrofes mayores, tal vez sea una preparación ordenada por seres superiores.
Lo cierto es que ya nada será igual, se rompió el mito de que el Dios dinero lo
puede todo, que el poder político está por encima de las sociedades,
extrañamente esta pandemia inicio con los más encumbrados con los más
poderosos.
Los Estados Unidos también sufrieron su revés, el otrora paladín de la democracia
mundial se vio como un país bananero, tanto que atacó a Venezuela por las
dizque elecciones electrónicas amañadas, se vio peor que en los momentos más
álgidos de la antidemocracia mexicana, una toma de posesión más dramática que
la de Felipe Calderón.
Ahora tiene su opositor émulo de Guaidó en Donald Trump, hacen lo imposible
por inhabilitarlo para que no busque la candidatura presidencial en el siguiente
proceso electoral, por su parte éste ya amenazó con hacer su propio partido muy
al estilo de AMLO.
Vemos asimismo a Biden tratando de congraciarse con todos los sectores de la
población para adquirir legitimidad, porque déjeme decirle querido lector que la
mitad de los Estadunidenses están en su contra.
No es poco, a México nos ha costado demasiado que presidentes espurios
adquieran legitimidad, el sonorense Álvaro Obregón con ese fin firmó los tratados
de Bucareli, dichos tratados comprometieron el futuro de México por 100 años,
Calderón hizo una guerra estúpida que ya no pudo parar y de esas acciones aún
sufrimos las consecuencias.
Joshep Biden no será la excepción, tendrá que hacer concesiones, la propuesta
migratoria, la cancelación del muro y el apoyo a Centroamérica es una válvula de
descompresión para calmar a las comunidades latinas y extranjeras lo que le
ganará las simpatías de los gobiernos con ciudadanos a beneficiar y es un golpe a
la yugular de la política Trumpista.
Se congracia con México que fue reacio a ceder en el reconocimiento de Biden a
destiempo como lo fue Canadá que recibió a cambio la cancelación del oleoducto
Keystone XL el primer día de su mandato, argumentando la quema de
combustible fósil.
Sopése usted querido lector, el mundo es convulso y cambiante, tanto que la
naturaleza se defiende y la ley del karma actúa inexorablemente para todos,
castigando sin palo y sin cuarta. Buen provecho.
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