Efervescencia, dícese del fenómeno o proceso químico que consiste en
la reacción de un ácido con un carbonato o bicarbonato de sodio, que
desprende dióxido a través de un líquido.
¿Puede usted imaginarlo? En el ámbito de la ciencia y experimentación
en sustancias químicas, podemos observarlo en las bebidas, por
ejemplo. Pero a la efervescencia a la que una escribidora me referiré es
a la de naturaleza política que en estos momentos se vive en toda su
expresión.
Si estimados lectores, momentos de efervescencia, donde los ánimos e
intereses juegan especie de “químicos en reacción” en vísperas del
proceso electoral que se avecina este año, y programado para el 6 de
junio, en una jornada que apunta ser de las más grandes y significativas
de la historia.
En juego 15 gubernaturas, y más de 21 mil puestos de elección popular,
entre los que se encuentran 500 diputados, 300 por mayoría relativa y
200 por representación proporcional, todos como sabemos a cargo del
erario público.
¿Pero al ciudadano y ciudadana de a pie qué le representa esta
efervescencia, si como dicen “para nosotros, llegue quien llegue, lo
mismo a mí me da”?
La realidad de esta “insana distancia” entre los ciudadanos y sus
políticos- candidatos que a la luz de las nuevas circunstancias de salud
y el inminente riesgo de contagio del covid, se avizora acentuable, por
lo que las campañas tendrán que enfrentar además del abstencionismo,
al monstruo del covid-19 porque si algo coincidimos todos es que la vida
y la salud hoy por hoy, es lo más importante.
Así quienes resulten candidatos, a uno de los múltiples puestos de
elección popular en este año no menos difícil en el tema de la salud
pública, deberán ser mucho más sensibles y empáticos, con las
necesidades y los desafíos de la ciudadanía.
Sus campañas, más inteligentes, creativas y sobre todo pensando en lo
que siempre un político debería estar pensando, es decir en el bienestar
de la comunidad, así como la gente entre lo que se encuentra por
supuesto la vida y salud.
Bien dicen, sin salud no hay nada, por lo que la efervescencia, deberá
tomar en cuenta que los ánimos y los intereses deberán tomar en cuenta
esto: La salud de la ciudadanía, no hay vuelta de hoja.
En nuestro país, con bases para la consolidación de una democracia,
en la que hemos atravesado por la alternancia, viajando de la derecha
a la izquierda, y ahora incluso con aparatosas coaliciones donde los
procesos electorales cada vez son más de a deveras, donde la lucha
por el poder y los grupos que los ostentan, definitivamente no deberían
a juicio de quien escribe, pasar por alto las nuevas circunstancias que
afectan a la población.
Por otro lado, el buen funcionamiento del país, y los retos a los que nos
enfrentamos todos los mexicanos, con el tema que ahora nos ocupa
como número 1 que es sobrevivir en todos los sentidos ante el SARCoV2 obliga a los políticos y desde luego a los candidatos a jugar un mejor papel en favor de la ciudadanía, a la que pretenden o aspiran gobernar.
Sin dicha sensibilidad, sin tal consciencia de la nueva realidad, sin
ponderar lo que verdaderamente es importante para los ciudadanos
ahora, difícilmente lograremos como sociedad avanzar a paso firme, a
un nuevo estadio en el proceso de evolución de nuestra democracia,
que a todos conviene, mostrando por supuesto consciencia vs
efervescencia.
La autora es Máster en Derecho Público y doblemente Doctorada Honoris Causa. Abogada,
Catedrática, Escritora y Conferencista. Presidenta de Vive Mejor Ciudadano A.C. Comisionada
Nacional e Internacional de Derechos Humanos.
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