En un acto sin precedente en la historia de México, hoy jueves 26 de
noviembre la Cámara de Senadores, ha quedado aprobado la propuesta
de eliminación del fuero al titular del Ejecutivo. Iniciativa por cierto
presentada por el propio Ejecutivo.
Para mejor ilustración de esto. El fuero es una excepción en la ley penal,
para no someter a enjuiciamiento a la persona del Presidente, en razón
de la investidura que representa para los intereses de la Nación.
Lo anterior, en los términos de lo que establecen los artículos 108 y 111
de nuestro máximo ordenamiento jurídico. La Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.
Es decir, acorde a lo que establece la Constitución desde su
promulgación en 1917, es especie de inmunidad procesal en la lógica
de que la persona del mandatario mientras se encuentre en el ejercicio
de su encargo, se encuentra “blindado” frente a acusaciones o
denuncias, esto en aras de no ser interrumpido en su delicada labor de
llevar a buen puerto al país. Por lo que ser molestado y distraído en este
sentido por acusaciones por probable comisión de un delito, desviaría
a nuestro Presidente de los grandes retos a los que un Jefe de Estado
se enfrenta día a día, momento a momento en el ejercicio de su mandato
y en detrimento de la sociedad y los ciudadanos a los que gobierna.
Desde luego sin olvidar que la propia carta magna, a este beneficio
procesal del fuero, contempla dos únicos supuestos: traición a la patria
y comisión de delitos graves; circunstancias y únicos supuestos para
proceder al desafuero y consecuente enjuiciamiento.
Bueno, de eso tampoco, al menos desde lo que nos arroja la historia se
registra caso alguno al menos refiriéndonos a Presidentes, porque ahí
tiene usted que, en mandatarios locales, si se han iniciado. Tal es el
caso del propio Andrés Manuel López Obrador, y su proceso de
desafuero en 2004 siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México,
supuestamente por aquel asunto recordará usted estimado lector de
aparente desacato de una decisión judicial que luego la opinión pública
interpretó como zancadilla política para no dejarlo llegar al 2006 y la
elección de ese año. Pero ese es otro tema.
El asunto que nos ocupa, resulta interesante a la luz del derecho, para
los estudiamos las normas y su comportamiento evolutivo nos motiva la
reflexión profunda, así como revalorar seriamente dicha figura del fuero
y ahora la supresión de la misma, en un contexto además de
transformación social, a la que ha llamado el actual titular del Ejecutivo
desde su arribo a dirigir los destinos de la Patria grande.
Porque tratándose de la persona de un Presidente, claro está que las
implicaciones no se quedan solo en el terreno de lo estrictamente
jurídico, en otras palabras en el mundo del derecho o del deber ser, sino
que conllevan también a aspectos del mundo fáctico y de la pragmática
del derecho.
Pues mientras sean peras o manzanas, 89 favor y 23 en contra votos
en la cámara alta, registra por lo pronto un salto en la historia para
enjuiciar a presidentes, al quedar sin fuero. Por supuesto faltaría la
aprobación de la mitad más uno de las legislaturas de los Estados, para
que este cambio, se convierta en constitucional, lo que habría que estar
siguiendo de cerca para saber en que pararía este tema.
Mientras tanto, la que escribe me cuestiono, si la ciudadanía puede ir
visualizando en toda la historia de nuestro país, a Andrés Manuel López
Obrador, primer ¿Presidente sin fuero?
La autora es Máster en Derecho Público y Doctorada Honoris Causa. Abogada, Catedrática,
Escritora y Conferencista. Presidenta de Vive Mejor Ciudadano A.C.Comisionada Nacional e
Internacional de Derechos Humanos y la Educación.
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