Hace muchas décadas se hablaba de ‘poderes’ en nuestro país, se entendía que eran el
Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo. En realidad, ese debía ser el orden de importancia
jerárquica, pero en un juego de ideología nos metieron en la cabeza desde niños, en primera
instancia el Poder Ejecutivo y fue la escuela el vínculo de alienación perfecta.
Los tiempos cambian y apareció el 4º Poder: la prensa. Surge con esta categoría
porque los políticos de entonces se percataron de que la Vox Populi llegó a los medios de
comunicación masiva con mucha credibilidad, por lo que la misma prensa se vuelve tan
poderosa que ha sido capaz de quitar a gobernadores y hasta un presidente.
El ocultamiento y la falsa información, más el nacimiento de internet, empoderó a los
ciudadanos con un simple celular, por lo que las autoridades seleccionaron a los periódicos
y periodistas que tuvieran ciertas audiencias para firmar convenios de trabajo en la
promoción de imagen y publicidad.
El cuarto poder, la prensa, dejó ese escaño y por algún tiempo quedó acéfalo, aunque
dicho sea con verdad, los tres poderes de la nación han continuado y muy limitados a la
opinión pública, que es quién por muchos medios oprime y sojuzga a los políticos.
En este tenor nacen los grupos de ciudadanos como adversarios, contras y represores
urbanos en las calles de importantes ciudades como la capital de la república,
particularmente frente a actos del gobierno.
Los anarquistas es un grupo que se percibe como jóvenes, siempre cubiertos del
rostro -y no por la pandemia- que se han caracterizado por su forma agresiva de participar
en diferentes contextos.
En la clasificación de grupos de manifestantes profesionales del país, surgieron varios
identificados del ‘sexo débil’ que, exigiendo respeto, dignidad, justicia, mejores
oportunidades, igualdad de sexos, etc., etc., han provocado desórdenes mayúsculos, pero
como son ‘indefensas’ mujeres, las mismas autoridades uniformadas y no uniformadas, les
han disculpado de sus fechorías.
Las feministas, como se han autonombrado, lo mismo bloquean una calle, avenida o
carretera, que aparecen desnudas o semidesnudas en la vía pública gritando solas o en
grupo alguna consigna a sabiendas que no les detendrán y cuando mucho les aplican una
multa económica leve y las sueltan, para ‘seguir trabajando’.
En este sentido se ha especulado de que algunos grupos pertenecen a una nómina
gubernamental o privada, sobre todo de políticos encumbrados que se distinguen como
“apaga fuegos” pero que en realidad ellos son quienes dan las órdenes.
El martes pasado, a la víspera del Día Internacional de la Erradicación de la Violencia
de Género, en los medios periodísticos corrió la versión de que 13 jóvenes mujeres fueron
citadas por la Fiscalía General de la Ciudad de México como acusadas de robo, daño a la
propiedad y lesiones.
Las acusaciones se dan por la participación que tuvieron en manifestaciones
feministas, según expedientes de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX donde está
registrado que la Policía de Investigación (PDI) conformó carpetas con los “trabajos de
inteligencia, gabinete y campo”.
Las investigaciones registran daños a diferentes instalaciones, saqueos de tiendas
departamentales y diversos comercios, en diversas manifestaciones en el Centro Histórico
de la Ciudad de México.
De las 13 citadas, según la Fiscalía, solo se presentaron nueve, identificando que
algunas pertenecen a la organización Bloque Negro o han estado en el edificio de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), tomada desde el 4 de
septiembre para alojar a víctimas de violencias machistas.
La abogada de las indiciadas, Gloria Méndez, acudió como representante legal y
cuestionó el trabajo de la Policía pues dijo, “…inició las investigaciones a partir de un
perfil de Facebook que estuvo publicando los datos personales de varias chicas y en
realidad no hay pruebas contundentes.”
“Por lo que pudimos revisar, en realidad no hay ningún elemento que sostenga estas
imputaciones. Nos queda claro que las compañeras son inocentes. Están criminalizando la
lucha feminista y eso nos queda más que claro porque en el contenido de la carpeta refieren
contenido de sus publicaciones personales en redes sociales como Facebook.” Declaró la
licenciada en derecho.
La reflexión legal de Gloria Méndez pone en entredicho la chamba de la Fiscalía de la
CDMX al rechazar las acusaciones y de catalogarlas como inocentes, pues encuentran la
convocatoria de solidaridad y de movilizaciones y por ello no debe considerarse una
persona violenta que merezca ser investigada.
Se sobrentiende por consecuencia que las feministas ni siquiera ingresaran a la cárcel,
pues la misma policía, al no actuar en el momento de la comisión de los delitos, ahora
pareciera no son suficientes las pruebas de cargo.
¿Impunidad… injusticia… complicidad… complot… corrupción…? Es la 4 – T
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