Una verdad de Perogrullo, sería decir que “aquella batalla que no se
gana se pierde” el filósofo de Güemes, lo ejemplifica mejor, pero ese
sería otro tema largo de tratar. Los más grandes generales y
estrategas desde la época de los chinos, mongoles, romanos, galos,
bárbaros, hispanos, persas, británicos, han tenido para acentuar su
grandeza, la necesidad de la conquista, bajo el mando de las armas.
Antes de ahondar, en el tema, primero veremos que es la batalla y que
es la guerra, según el diccionario son: Batalla, enfrentamiento entre
dos ejércitos y Guerra, es un enfrentamiento entre dos países o más.
Las claves para ganar en la guerra y las batallas, según los eruditos
de la materia son la estrategia y el desgaste; la mejor guerra es
aquella que se gana desde la mesa.
Hace más de 2500 años, en la antigua China, Sun-Tzu el autor de “El
Arte de la Guerra” argumentaba que debíamos escoger muy bien a
nuestros enemigos y nuestras batallas, porque no podemos ganar
todas, pero una vez dentro de la batalla se deberá luchar hasta el final.
Pero no se pretenda luchar todas, porque se estrellan.
En otro texto, Maquiavelo, nos dice en El Príncipe, que hay que tener
siempre un enemigo, y si no, pues hacerse de uno, para que nos
marque el paso y sea el contrapeso de nuestro andar, pero siempre
procurar que este enemigo, sea más inteligente que nuestros amigos.
Parece que en más de 2500 años, poco o mucho ha cambiado la
cosa, la política sigue siendo el arte y el origen de todas las guerras,
no así de las batallas, que algunas se libran al amparo del poder y
detrás de un escritorio.
En México, las batallas las libramos a diario, desde el púlpito de las
desgracias, un día sí y otro también, se denosté y se denigra a los
adversarios políticos, como si se tratara de una pelea callejera, y en el
fondo no son más que bombas de humo que ocultan la verdad.
Pero hay más ejemplos en lo corto de batallas emprendidas, muchos
personajes en Tamaulipas, han emprendido batallas contra molinos de
viento, lucha para ganar la nada, simplifican en sí mismos, la
banalidad de la política moderna, salvo honrosas excepciones.
En las últimas semanas, hemos observado, como personajes que no
fueron hechos, ni preparados para la batalla, pretenden competir en
una elección municipal, congresal y de renovación del congreso
federal.
Desde Reynosa a Tampico, y de Nuevo Laredo a Matamoros, la
moneda está en el aire, y aún los partidos están en el proceso de
selección, negociación y acuerdos, para salir a la lucha electoral. Pero
mucho tendrían que analizar aquellos, que pretenden competir, sin
una plataforma, sin una idea y solo por el hecho de ser amigo o
compadre de algún personaje del poder.
Las batallas no se ganan con saliva, con decir “yo soy el bueno”, para
ganar se requiere estrategia, se requiere tener cuando menos la
experiencia de conocer tu ciudad, de saber cómo llegar a tu casa de
regreso de algún sector apartado, pero vemos como la sonrisa de
oreja a oreja, se deja ver a personajes fuereños que de repente,
sienten mucho por una ciudad.
En este sentido, también debemos reconocer, que muchos personajes
no nacidos en Tamaulipas, han hecho su vida en este rincón de la
patria, y mis respetos para todos ellos, que han elegido a nuestro
estado, para hacer su vida y esos se han ganado el derecho a
competir como tamaulipecos.
Pero algunos aún no se definen si son regiomontanos o tamaulipecos,
texanos o mexicanos, porque solo cuando vieron la oportunidad de la
política se sintieron con el amor profundo por esta tierra y sus
municipios. Porque antes fueron incapaces de arriesgar su futuro
económico y político.
La contienda la ganara el de mejor estrategia, el de mayor trabajo, el
de la experiencia ganada con esfuerzo, y aquel que la población
identifique como su par. La guerra se gana en el momento, no antes ni
después, pero nunca la ganaran, quienes no están preparados para
vencer, muchos menos aquellos que no se convencen, ni así mismos.
Al tiempo
De Aquello y lo demás…
Esta semana, se cumplió una petición ciudadana en Reynosa, la del
retiro de la vía pública de autos chatarra o que su vida útil había
llegado a su fin.
Con la participación del ayuntamiento, y con el respaldo ciudadano, la
alcaldesa Maki Ortiz, giró instrucciones, para que este tipo de focos de
infección, de contaminación visual, además se ser factor de
propagación de plagas, sea retirado de calles y lugar públicos de la
ciudad.
La medida es extraordinaria y era un clamor ciudadano, porque mire
ya muchas avenidas, habían sido invadidas por talleres mecánicos,
yonkes y todo tipo de unidades estaba motrices en desuso estaban y
generaban serios problemas de salud pública.
Sin menospreciar la actividad económica, a la que tiene derecho cada
individuo, si es preciso reconocer, que ya hacía falta una limpia de
esta naturaleza en la ciudad más grande de Tamaulipas.
chanorangel@live.com.mx
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