TAMPICO, TAMAULIPAS., 3 de Sep. de 2020- “Estoy vivo de milagro. No sé cómo sobreviví atrapado debajo del concreto. Es una segunda oportunidad que me da Dios.
Y añade: “Sólo quiero que el dueño de ese edificio pague lo que corresponde por ley pues yo no
fui a mover ni una piedra, sólo iba pasando por ese lugar cuando escuché que tronó el
techo y todo se cayó”.
Fueron las palabras de Melecio Hernández Martínez quien resultó herido hace unas semanas al caerle encima una marquesina de concreto, afuera de un negocio de la zona centro.
Este jueves Melecio fue dado de alta en un hospital privado tras ser sometido a una cirugía en la pierna que se le fracturó a causa de este incidente.
En sus primeras palabras, este hombre, de 40 años, oficio soldador y con dos hijos, dio gracias al alcalde Nader por hacerse cargo de los gastos médicos y a la ciudadanía que de una u otra forma lo apoyó.
Para Melecio la vida, no se acaba aquí, y señala que hay que tratar de componerse, “que sea
lo que Dios diga”.
Al hablar de su tratamiento médico comentó que le falta una operación dentro de un mes. En este tiempo le hicieron lavado en la pierna con fractura expuesta, esperó seis días para que lo operaran y ahora debe
esperar un mes para que lo vuelvan a operar y poner clavos, placas o lo que el doctor dictamine.
Sobre lo que pide al dueño del edificio dijo: “Así no puedo trabajar, que me pague salarios caídos, conforme a la ley que me paguen, no puedo caminar y yo no fui a mover ninguna piedra, yo sólo pasaba por ese lugar cuando
el concreto se cayó”, reiteró.
Melecio dice que no le han dicho cuando volverá a caminar que será hasta en un mes cuando le digan.
En cuanto al accidente, recuerda que él en todo momento estuvo consciente.
“Lamentablemente la otra muchacha falleció, quedó atrapada yo adentro de todo el peso
que me cayó, es un milagro que yo haya sobrevivido, no sé cómo lo logré pero aquí sigo,
digo voy a seguir”.
Narra que ese día él iba a Coppel a hacer un depósito, “iba pasando cuando escuché que
tronó y sentí el peso encima, nomás ví toda la sangre que me escurría en la cara y estaba
todo hecho bola, aplastado por todo el concreto y dije sino me muevo me voy a morir y en
lo que la gente gracias a Dios movía todas las piedras yo trataba de ir arrastrándome con la
pierna rota y logré sobrevivir, salir”.
Cuenta que recuerda que una muchacha lo empezó a jalar y a darle un poco de agua y
limpiarlo porque no podía respirar ya.
Melecio dice que resintió golpes en todo el cuerpo, “no podía ni moverme ni respirar pero
aquí gracias a Dios ya vamos para arriba. Tengo una segunda oportunidad que me da la
vida”.
Por último se dirigió al dueño del edificio: “Antes que nada la seguridad es primero, que
me paguen, iba a hacer un depósito y me tocó yo digo que si alguien tiene un
establecimiento debe estar bien puesto porque allí corre mucha gente, hoy me tocó a mí
mañana no sé a quién le vaya a tocar en otros establecimientos, quien sabe si la vayan a
contar cómo lo estoy contando”, concluyó.
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