Al arranque de esta semana, al día 1 de Septiembre, con un nuevo
ejercicio legislativo en San Lázaro, así como la rendición de cuentas
del actual mandatario federal, en un formato por cierto de mensaje
breve, tal como lo ameritan los actuales tiempos: Menos palabras,
más acciones.
Así desde Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López
Obrador, abordó para señalar los resultados de este segundo año al
frente del Gobierno de México, como titular del Poder Ejecutivo, por lo
que de entrada se refirió al combate a la corrupción, sin dejar de lado
el tema de la crisis sanitaria y económica por lo que estamos pasando
los mexicanos.
Con una asistencia de no más de 70 personas de entre sus
colaboradores más cercanos, habló de la importancia de su gobierno,
de reactivar la economía de abajo hacia arriba y puntualizando una
buena relación con los empresarios, a quienes incluso reconoció por
la voluntad del incremento del 16% al 20% al salario mínimo y lo que
significó la decisión de mayor aportación para el sistema de pensiones
a trabajadores.
Habló de justicia para los pobres y que en seguridad dejó de mandar
el crimen organizado, señalando asimismo la cobertura hospitalaria de
carácter privado y cooperación de la televisión privada para la
educación en las circunstancias de pandemia.
De este modo, un Presidente, ocupado en la equitativa distribución de
la riqueza por un lado, y por otro fiel a su visión de transformación de
la vida pública de la que incluso dijo: tener como especie de reto
“purificar la vida pública de México”
El tema, tras el informe para los ciudadanos, es el estado de bienestar
como la prioridad del Gobierno de la 4ª. Transformación dirigida con
enfoque a los que menos tienen, por lo que asumió rechazar un
rescate económico elitista. Sino todo lo contrario, el apoyo a 23
millones de familias en situación de pobreza.
Pensión universal para la gente de la tercera edad, pensiones más
justas para la clase trabajadora, becas para los alumnos pobres de los
todos niveles escolares y apoyos para jóvenes como estrategia contra
la delincuencia que dicho sea de paso había venido cooptándolos; por
eso aquello de “Becarios si, Sicarios No”. En resumen un Gobierno
dirigido especialmente a los pobres.
Sin embargo, de acuerdo a lo que sostuvo el mandatario federal,
también es de vital importancia ser en el peor momento el mejor
gobierno, por lo que atravesamos no solo México sino el mundo
entero, con los efectos devastadores del Covid-19, en la vida de todas
las personas; por lo que expresó como parte de su agenda, la
prioridad de atraer inversiones extranjeras a nuestro país, citando la
firma del T-MEC, uno de los principales acuerdos comerciales
celebrado con Estados Unidos y Canadá.
93 mil nuevos empleos en agosto, el peso con una apreciación al
cotizarse a menos de 22 pesos por dólar, luego de haber estado a
más de 25; la mezcla mexicana del petróleo, de cero pasó a 40
dólares por barril. Pero eso no es todo.
Abonó a favor de la economía, y dijo que la realización de las megas
obras Tren Maya, el desarrollo del Istmo de Tehuantepec y el nuevo
Aeropuerto, generarán 150 mil empleos en el transcurso de este año.
La lucha contra la pobreza, el desempleo y la marginación, como
bandera de la 4ª. Transformación, además de austeridad republicana,
lucha sin tregua contra los corruptos, la honestidad como forma de
gobernar; esperamos de verdad que esto se vuelva realidad
cotidiana, porque si de algo ya estamos cansados los ciudadanos, es
de los sinvergüenzas que tenemos en muchos de nuestros políticos
que solo llegan al poder a enriquecerse y empobrecer aún más al
pueblo.
La autora es Máster en Derecho Público, Egresada de UAT- UANL. Abogada, Catedrática,
Escritora y Conferencista. Fundadora de Vive Mejor Ciudadano A.C.
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