En septiembre de 2014, la escribidora lo recuerdo muy bien,
impulsábamos en aquel momento teatro para promover los derechos
de los niños como parte de los trabajos de la Organización social que
represento.
Lanzando “Escaleras y Dragones” puesta en escena dirigida por una
importante compañía de teatro con más de 30 años en los escenarios.
De los trabajos más significativos sin duda que nos ha tocado realizar
en abono a los derechos de la infancia y la juventud, promoviendo
valores a través del arte.
Sin embargo también en otro escenario y contexto, ocurría un hecho
crudo, desgarrador: trascendía sobre la desaparición de jóvenes
estudiantes en Iguala Guerrero. Me refiero a los 43 Normalistas de
Ayotzinapa. De esos sucesos que no se olvidan y que tampoco
conviene olvidar como sociedad, para exigir una respuesta y sobre
todo la verdad sobre tan lamentables hechos.
Que habían sido ultimados y calcinados, por grupos del crimen
organizado, una de las versiones tras las primeras búsquedas. Sin
embargo los familiares y con justa razón, en un primer momento no
contentos con los resultados, han seguido alzando proclamas de
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
…A 6 años de Ayotzinapa, este caso continúa, no ha terminado. El
asunto llegó incluso a instancias internacionales en reclamo del
derecho a la verdad, poniendo el tema sobre el escritorio de Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, y la propia Corte
Interamericana, no obstante sin ninguna respuesta que otorgue
convicción y certeza sobre lo que ocurrió la madrugada del 26 de
Septiembre con aquéllos jóvenes, interceptados por presuntos grupos
criminales.
Sus padres no se rinden y continúan en la lucha por encontrar una
explicación de fondo a este caso. ¿Difícil de descubrir qué fue lo que
pasó? A grado tal de contratar expertos para integrar una Comisión de
Investigación de los hechos y misma que desmintió las primeras
versiones.
La realidad es que en un país como el nuestro donde debe imperar el
estado de derecho, y la cultura de la legalidad, así como buscar hacer
justicia, debe ser el deseo genuino de la colectividad y el esfuerzo
permanente de todas las autoridades.
Ahora sí que, quien lo haga que lo pague, tanto en este caso como en
todos los demás de desaparición. Y no solo en temas de delito de alto
impacto, sino también en delitos del orden común; elevando nuestros
estándares de justicia y acabar con la impunidad que flagela la
confianza y credibilidad en los ciudadanos por los órganos de
procuración e impartición de justicia.
Pues ahí tiene usted que a un sexenio de este escabroso asunto,
Ayotzinapa sigue dando de qué hablar. Y no solo en consignas y
manifestaciones sino además en reclamos de orden jurídico a nivel
interno ante la extinta PGR ahora Fiscalía General pero también ante
organismos internacionales de derechos humanos en donde se ha
inmiscuido hasta ONU por la exigencia que provoca el dolor y la
incertidumbre de quienes no saben a ciencia cierta en donde quedaron
sus hijos.
Que se esclarezcan estos hechos y que se castigue a los culpables,
como los 30 mil casos de desapariciones de que se tiene registro en
México, porque es inaudito que al día de hoy no se resuelvan ni este ni
ningún otro asunto, siendo que estamos a… 6 años de Ayotzinapa.
La Autora es Máster en Derecho Público, Egresada de UAT- UANL. Abogada, Catedrática,
Escritora y Conferencista. Fundadora de Vive Mejor Ciudadano A.C.
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