Cd. De México, 5 de junio 2020.- Por lo general, ocurre de manera repentina e inesperada. No pensarías que un papel débil podría infligir un dolor tan agudo en el cuerpo humano. Sin embargo, cortarse con papel duele mucho.
Sabemos que el hacerte una leve herida con una hoja de papel no es tan grave como otras heridas, pero sí es de esas lesiones breves que te gustaría evitar por su sensación.
Las terminaciones nerviosas son las principales culpables
Tenemos más receptores de dolor en las puntas de los dedos que en casi cualquier otro lugar del cuerpo, de lo que quizá ya te hayas dado cuenta si alguna vez has intentado recoger algo muy caliente.
Estas terminaciones nerviosas se llaman nociceptores, y advierten al cerebro, a través de la sensación de dolor, sobre las altas temperaturas, los productos químicos peligrosos y la presión que podrían dañar la piel.
Sin embargo, también hay algo de culpa en el papel: los bordes del papel no son tan lisos como podrían parecer desde la distancia y pueden dejar un rastro de destrucción en la piel, en lugar de un corte limpio y bueno.
Nuestro cerebro tiene áreas especializadas para recibir señales procedentes de esas partes con perfecta definición. Las exquisitas habilidades sensoriales que ayudan a que nuestros dedos, labios y lengua sean tan buenos en sus funciones, también hacen que las lesiones sean más dolorosas.
Finalmente, los cortes de papel generalmente no son lo suficientemente profundos como para activar los mecanismos de defensa naturales del cuerpo, como la coagulación de la sangre y la formación de costras, por lo que las terminaciones nerviosas dañadas en nuestros dedos quedan expuestas.
No solo eso, sino que la herida abierta se flexiona y se tensa cada vez que usamos nuestras manos hasta que se repara la piel.
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