A lo largo de la historia las “izquierdas” y las
“derechas” han defendido sus posturas como la
panacea para la población, para que viva mejor
y resuelva todos sus problemas.
Claro que las dos posturas tienen su pro y
contras, pero buscan matizar sus acciones al
aplicarlas en las distintas partes del planeta
presentando desde luego lo que mejor les sale.
En México ya experimentamos todo tipo de
posturas desde izquierdas, centro y derechas, y
hoy se invoca una transformación total del
sistema político mexicano que ha imperado
desde la lucha social de 1910.
Con sus aciertos y defectos de los sistemas
impuestos se ha avanzado, y hoy se anuncia
una transformación de todo, aunque debe
considerarse que hay muchas cosas que han
dado resultados y deben prevalecer.
Ojalá eso lo entiendan quienes tienen la
responsabilidad de decidir, y que se apoyen en
las mentes brillantes que hoy esbozan lo que
debe ser una verdadera transformación con la
voluntad de justicia y el pensamiento crítico,
que forman las corrientes progresistas de la
cultura y la política.
Habrá que hacer a un lado a quienes se
subieron al “tren transformador” y
menosprecian la ciencia o la distorsionan a
conveniencia, sin definir si la ciencia está al
servicio del hombre o de los poderes que la
controlan.
Dice un viejo proverbio que “la esposa del rey
no solo debe ser honesta sino parecerlo”, y en
la transformación que se anuncia para bien de
los mexicanos no solo deben ser buenos
anuncios, sino que en la práctica beneficien a
los millones de hombres y mujeres que habitan
este gran país que es México, porque de lo
contrario todo habrá sido inútil.
bladijoch@hotmail.com
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