El título de hoy tiene como sinónimo el de ‘resultado’ aunque generalmente se
refiere a una negatividad que sobreviene de alguna forma a un hecho. La secuela de una
enfermedad es la lesión o afección, física o psicológica.
La pandemia del COVID 19 en todo el mundo ha hecho estragos en distintos
contextos sociales, desde el cambio de costumbres, la implantación de nuevos hábitos,
vivencias nuevas… para algunos agradables, para otros una pesadilla. Hay secuelas.
Mexicanos que laboraban para la iniciativa privada de distintos sectores,
despiertan en la Pandemia a una crisis laboral y comercial, que no solo asusta, sino que
deja en orfandad financiera a muchas familias.
Los analistas del país aseguran que el cierre de empresas de todos tamaños, han
provocado desempleo, de tal forma que este tema ocupa el primer lugar entre las
inquietudes de la población, dejando la salud, seguridad, educación, servicios, etc., en
lugares muy alejados de la falta de fuentes de trabajo cerrados por instrucción de los
comités de salud estatal y federal.
En este escenario pandémico el título de hoy se relaciona con los profesores, pero
solo a los maestros que directamente están con alumnos. NO, no a los comisionados en
la misma Secretaría de Educación o algún sindicato. Hay secuelas cuando el lunes por la
tarde circuló en las redes sociales, la determinación de Tamaulipas para concluir el ciclo
escolar 2019-2020 en línea.
Dice el comunicado en Twitter del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca:
“…El nuevo ciclo 2020-2021 deberá iniciar en agosto de manera presencial, si las
condiciones epidemiológicas del COVID-19 lo permiten” Es clara la inferencia sobre la
inseguridad en las condiciones de un nuevo año escolar.
Algunos opinamos que el aula es una amenaza de contagio colectivo, aunque la
individualidad del mobiliario exista, porque el número de alumnos en cada grupo
provocaría un contagio masivo inmediato y se culparía a la escuela.
Existen ideas contrarias, porque se lee en redes sociales la inoperancia, la
ineficiencia y lo reprobatorio de las clases en línea, por la falta de socialización de los
estudiantes, la venta callejera de entrada, receso y salida de los escolares, incluso la
ventas de la cooperativa, el ambiente.
A nadie asombra la acostumbrada venta por catálogo o directa de perfumes, joyas,
cosméticos, ropa, calzado, sin faltar los alimentos que ‘perfuman’ oficinas, pasillos y
anexos de las escuelas, donde los mismos docentes compiten con los vendedores
externos que con o sin permiso de la dirección venden hasta a las estudiantes en las
escuelas de educación superior.
La noticia de expansión de las clases en línea es irónica porque viene a la mente
las evaluaciones mundiales a la que México se ha sometido y donde la escuela primaria,
secundaria y bachillerato ha quedado en lugares nada halagüeños.
Por otro lado la chamba del profesor se incrementa sustancialmente y aunque
recibe un salario por preparar su clase y exponerla ante sus alumnos, en la Pandemia se
ha visto obligado a la adquisición de implementos como computadoras, contratación de
internet y de programas para proyectar sus clases.
¿Sabe usted de la inversión que con motivo de la Pandemia, los maestros se han
visto obligados a pagar? Claro diría usted, a ellos les pagan cada quincena material
didáctico… Le aseguro que esta prestación no llega ni a 100 pesos a la quincena.
Quienes están en contra de continuar con la educación en línea, aseguran que en
los periódicos de Tamaulipas se anunció la entrega de Laptops por el Srio. Gral. De la
Sección 30 del SNTE. Es cierto, solo un pero, ha sido una parte, no se entregaron a la
totalidad, la cuestión es ¿Se entregarán?… y ¿mientras?
El desvío de la atención pública por la Pandemia, incluyendo al magisterio, dejó
sin información el pliego petitorio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) al Ejecutivo Federal, como tradicionalmente sucedía.
En otros años el alcalde de cada municipio organizaba la tradicional comida baile
para los maestros. Los municipios mejor posicionados con su economía, rifaba lotes de
terrenos y por lo menos un auto.
El gobierno del Estado también ponía su ‘granote’ de arena para las fiestas y
festejos magisteriales, empezando con la entronización de maestros de Tamaulipas,
aunque en algunos casos se dudó del acto por los galardonados.
Discussion about this post