Cd. De México, 29 de mayo 2020.- Eso es realmente extraño cuando lo piensas, porque a veces un toque, digamos, en la parte posterior de tu brazo, por otra persona es suficiente para causar un ataque de risa y estremecimientos en el cuerpo.
¿Por qué no podemos obtener la misma respuesta nosotros mismos?
Bueno, todo es gracias a tu cerebelo.
Antes de sumergirnos en la razón por la que no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos, primero analicemos qué es realmente el cosquilleo y por qué ocasiona que nuestros cuerpos se asusten a veces.
Dos partes del cerebro son responsables de cómo procesas las cosquillas:
Corteza somatosensorial, que es responsable de percibir el tacto.
Corteza cingulada anterior, que procesa el placer.
Ambas regiones trabajan juntas para activar el sistema nervioso cuando alguien o algo te está haciendo cosquillas. De hecho, en realidad hay dos tipos de cosquillas: gargalesis y knismesis.
Gargalesis es el tipo de cosquilleo que es pesado, provoca risas y movimientos incontrolables del cuerpo, mientras que knismesis es cuando algo, como un hilo de su camisa, le hace cosquillas levemente, haciendo que se estremezca.
Lo extraño es que las cosquillas no son realmente una sensación placentera (para algunas personas, pero aún nos reímos como si hubiéramos escuchado un buen chiste.
Entonces, ahora que sabemos un poco más sobre el lado fisiológico del cosquilleo, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros mismos?
Bueno, básicamente se trata de que el cerebelo tenga la capacidad de predecir el cosquilleo, por lo tanto, lo cancela antes de que la sensación se apodere.
Cuando intentas hacerte cosquillas, el cerebelo predice la sensación y esta predicción se usa para cancelar la respuesta de otras áreas del cerebro a las cosquillas».
En otras palabras, el cerebelo, la parte de tu cerebro que monitorea el control motor, sabe dónde tu mano (o plumero) intentará hacerte cosquillas. Debido a esto, la sensación se pierde, porque ya no es una sorpresa o algo que no puedes controlar, lo que significa que no es una amenaza.
Y ahí lo tienes. La razón por la que no puedes hacerte cosquillas es porque tu cerebro está realmente demasiado activo para que eso suceda.
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