Estados Unidos, 19 de Mayo 2020. Cuando Michael Phelps, la leyenda de los Juegos Olímpicos, nació, Michael Jordan había ganado la medalla de oro en Los Angeles 84 con la selección estadounidense y ha había jugado la primera temporada de su carrera en la NBA con los Bulls. Lo de llamarse Michael era una tradición familiar, pero a Phelps siempre le gustó compartir el hombre con el de su ídolo. Jordan fue una inspiración para el hombre con más medallas olímpicas (28, 23 de oro).Después de ver el documental de Netflix, ‘The Last Dance’, sobre la última temporada en activo con los Bulls del mito del básket, el nadador de Baltimore reconoció que él era tan despiadado como el básquetbolista con sus compañeros. “Para decirlo sin rodeos, todos dicen que era un imbécil”- dijo Phelps, en declaraciones.
Phelps ganó un total de 73 medallas en grandes citas de natación (Juegos, Mundiales y Campeonato Pan-Pacífico). El estadounidense, actualmente entregado a las labores con su fundación, que promueve estilos de vida saludables, reveló que en la búsqueda permanente de la grandeza no solo fue exigente consigo mismo sino con todos aquellos que trabajaban con él, también sus compañeros. “Era un imbécil cuando estaba entrenando porque quería ayudar a todos a asegurarse de que tenían las mismas posibilidades que yo de ganar”.
Phelps era un adolescente cuando Chicago dominó el básquetbol profesional americano logrando seis anillos en los 90. Phelps lo entiende perfectamente porque adoptó su método. “Todos estamos trabajando juntos como un equipo a pesar de que la natación es un deporte individual. Queremos lo mejor el uno para el otro, así que los desafiaré y me aseguraré de que se estresen”. En uno de los capítulos de The Last Dance, se puede ver como Jordan se enfrentó a un jugador tan calmado como Steve Kerr, hoy entrenador de los Warriors. El nadador admitió que a veces “nos enfrentábamos”.
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