Inicialmente estoy de acuerdo con el presidente Andrés López en el diagnóstico
de su “La Nueva Política Económica en los Tiempos del Coronavirus”, porque la
pandemia del COVID-19 colapsó el ya ¿fatigado? orden económico mundial y las
consecuencias pudieran llevar a un modelo emergente de la economía.
Mi desacuerdo -aclaro, no soy economista- es que son necesarios elementos que
demuestren errores; en cuestiones de academia no son válidas las suposiciones que
interpreto del diagnóstico de AMLO que asegura el actual modelo económico -llamado
neoliberal-, benefició a los pocos y engendró miseria y violencia en los muchos.
Acepto que haya miseria y violencia, pero engendrarlo en el modelo económico,
me parece erróneo, porque en países con un modelo diferente, Rusia, China, Cuba y
otros, también existen pobres y violencia.
Si de pobreza y violencia hablamos, me parece interesante analizar los orígenes y
su evolución de estas problemáticas que sin duda traen de cabeza a cualquier gobierno,
sin importar su ubicación geográfica o filiación política.
La realidad existe, es innegable, las alternativas de solución son las que son muy
manipuladas por los políticos desde su campaña, como en el caso que nos ocupa en
relación a la seguridad, por ejemplo, cuando en un halo triunfalista, al calor del triunfo
en las urnas se proclamó que a partir del 1 de diciembre del 2018, ya no habría actos
cometidos por delincuencia organizada… ¿Recuerda aquello de “Abrazos, no balazos”?
Las propuestas presidenciales, cotejadas con la realidad, no tienen la congruencia
que la ética pública exige, porque aunque se presuma que “la separación entre el poder
económico y el poder político se está convirtiendo en una realidad”. Esta es una tesis
colapsada, cuando conocemos que constructores de las primeras etapas del Tren Maya –
Carlos Slim o José Miguel- son personajes identificados como integrantes de La Mafia
del Poder, de otros tiempos.
Desde la óptica del documento presidencial, afirma AMLO que “se pueden hacer
negocios, pero sin influyentismo, corrupción e impunidad”; admito sería lo ideal. El
pero es el escándalo Bartlet, desde la riqueza del funcionario hasta la asignación en la
compras de ventiladores a sobreprecio.
Confesando mi ignorancia en temas económicos, afirmo que en lo que va del
sexenio, no existe un nuevo modelo. Identifico sí, un ‘El Estilo Personal de Gobernar’
como el título del libro escrito por Don Daniel Cosío Villegas (1898-1976) donde critica
al presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), que en el tema abordado, su criterio
del tabasqueño es el que prevalece.
Otra vivencia, el inquilino del Palacio Nacional, afirma que “el sector empresarial
de México nos solicitó una tregua en el pago de impuestos”…sabemos que la petición
empresarial fue por un diferimiento, que es muy distinto a la tregua. “Nadie busca dejar
de pagar, solo dar facilidades de pago para encarar la crisis y salvar millones de
empleos.” Dijeron los empresarios organizados.
Las relaciones con los gobernadores de los estados parecieran están “…cerradas
con tres candados”, y no solo por discrepancias de salud, economía, inversión, hacienda
y lo derivado de la pandemia; los desacuerdo inician desde que abrió la puerta de
México a las Caravanas de centroamericanos, hasta africanos ingresaron por el sur del
país.
Desde que inició la Pandemia el presidente López no se ha reunido con los
gobernadores y ya suman más de la mitad que exigen revisar el Pacto Fiscal y lo peor es
la existencia de amenazas, de fracturas al Pacto Federal.
Lo mismo que en España vivieron con Cataluña.
Finalmente construir la paz y la tranquilidad en México está muy lejos de ser
realidad, porque aunque sea buena la intención, las estadísticas hablan de 46 mil
homicidios récord en el último año.
Los temas como la liberación de Ovidio Guzmán en Culiacán; la deferencia con la
madre de El Chapo, en la sierra de Badiraguato; la sentencia de 9 años de Javier Duarte,
exgobernador de Veracruz, y la devolución de sus 41 propiedades ¿Son estrategias para
construir la paz social? ¿Extendiendo la mano a los narcos y retirando el saludo a los
empresarios, vamos bien?
Me parecen ofensivas las soluciones del documento “La Nueva Política
Económica en los Tiempos del Coronavirus” escrito, supongo, por el presidente López
Obrador, y ello me recuerda el nombre del programa de TV y la columna del periodista
de Milenio, Carlos Marín: Asalto a la Razón.
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