Cd. De México, 18 de abril 2020.- Los pueblos antiguos, desde babilonios y egipcios hasta griegos y romanos, sentían admiración por las estrellas que brillaban en el firmamento, pues la disposición de estas servía, entre otros fines, para la orientación y la medición del tiempo. El trazo de líneas entre las que formaban grupos, las constelaciones, sirvió para facilitar su identificación.
El resultado de esas composiciones fueron diversas formas, algunas de las cuales entraron a formar parte de los doce signos del Zodiaco o Zodíaco. Esta palabra halla su origen en el griego: a partir de zoon, ‘animal’, se forma zodion, ‘figurita de animal’, y zodiakós, ‘relativo a las figuritas animales’.
Y dado que desde tiempos remotos se creía en la influencia de las estrellas en el destino del hombre, podría decirse que cobró una importancia trascendental la figura del astrólogo (del griego astron, ‘estrella’, y logos ‘palabra, razón’), esto es, el que habla sobre las estrellas o el que lee el horóscopo.
Aunque no existe una explicación científica que relacione la personalidad o comportamiento de los seres humanos con las constelaciones, muchas personas consultan su horóscopo para conocer que les depara el futuro.
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