Como si se trata de una canción de moda, el presidente Obrador, alega y
sin ningún sustento, que sus adversarios quieren que el se aislé y con eso,
esos neoliberales controlen del nuevo el país. A qué neoliberales se
referirá, a Ricardo Salinas Pliego, a Hugo Salinas Price, padre del anterior,
o Manuel Bartlett, a Marcelo Ebrard, canciller mexicano ¿a quien se
refiere?
Si su visión está en el poder legislativo, podría ser Ricardo Monreal, Martí
Batres, Mario Delgado, a quienes el ejecutivo, no quiere dejar el poder por
considerarlos neoliberales ¿serán ellos?
La riza y el hartazgo de los asistentes a la video cumbre del G-20, se hizo
presente con la intervención de López Obrador, sobre todo cuando pidió a
las potencias mundiales, apoyar a la economía informal, así de esas.
Mientras eso pasa, en lo internacional, en la contención a la pandemia del
COVID-19, solo México y Nicaragua, tienen a nivel federal las medidas
más endebles para la prevención; y por si faltara pólvora el presidente
acusa a los adversarios políticos, de querer controlar al país, en esta crisis
de salud, como que el presidente vive en otra realidad.
Todo el día y a cada rato, el presidente culpa al pasado del desabasto de
medicamentos, de que los hospitales no tengan la capacidad económica y
estructural de atender una demanda de una pandemia como la de
coronavirus, mientras gasta el dinero en encuestas patito como en
Mexicali, para echar abajo una inversión privada de 1500 millones de
dólares, en estos momentos que el empleo se requiere con urgencia.
Mientras tanto también, se destinan recursos a un aeropuerto inviable
como Santa Lucía, y un tren Maya, proyectos civiles, que han sido
desestimados por expertos en todo el mundo, y solo los serviles al
presidente les ven el lado bueno. El colofón es la construcción de una
refinería en el momento más crítico del precio del petróleo, un inversión
prácticamente inviable, eso dinero bien podría usarse en hospitales y
todo su equipamiento, para no culpar al pasado y sus adversarios de lo
que sus decisiones provocan al país.
Mire mientras todo esto ocurre, a través de redes sociales, los bots, trol y
páginas falsas y usuarios falsos, al servicio del gobierno de la 4T, agreden
e insultan a los que piensan diferente, en cada comentario de debate o
respuesta, no he leído ningún razonamiento, ni actitud pacifista, solo
mentadas de madre y una clara división nacional.
Si los gobernadores del país, no hubieran tomado las decisiones en su
tiempo y momento, esta nación sería un caos sanitario, gracias a que los
mandatarios estatales, salieron y dieron respuesta oportuna, esta
pandemia aún no trastoca puntos inimaginables en salud pública.
Sin la acciones del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en
Tamaulipas, los ciudadanos de esta región no tendríamos la información y
las medidas implementadas desde el 17 de marzo, mientras el presidente
Obrador, decía que saliéramos a la calle y darnos besos y abrazos, de
manera irresponsable.
Mientras a nivel nacional, aun es un caos de información y medidas, el
presidente sigue en su terquedad de ni aislarse, porque tiene miedo de
que le roben la silla del águila, a nivel estatal, se implementan medidas
acertadas, como el suspender actos públicos, el cierre de parque públicos,
plazas, bares, cantinas, restaurantes y solo dejar en funcionamiento, los
trabajos esenciales que mantienen el gobierno y la economía del estado.
Este semana que concluyó, el gobernador Cabeza de Vaca, informo que se
apoyara en la policía estatal, y las fuerzas del orden, para invitar
pacíficamente a los tamaulipecos a estar en sus hogares, al mismo tiempo
que anuncia un paquete de estímulos económicos, para mitigar la
contingencia económica, que la pandemia esta provocando, por la
inmovilidad ciudadana.
Acciones concretas y firmes, se toman en Tamaulipas, y en espera de que
la curva de infección, cause el menor daño posible.
Al tiempo.
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