El deseo de vivir es muy grande; todos los seres quieren vivir, están apegados a la
vida sensual. Es obvio que la adhesión, el apego, el deseo de existencia material
nos tienen fascinados; en estas condiciones de ninguna manera queremos morir,
tenemos miedo a la muerte, no queremos dejar de existir. SAMAEL AUN WEOR.
El miedo y la duda son demonios que controlan al mundo han infundido en la
población terrícola, estos jueguitos de poder y control implementados desde hace
algunos años sobre todo manejados como pandemias ya nos amargó la
existencia, primero el cólera, las vacas locas, gripe aviar, influenza, ébola, zika,
chikungunya y ahora el coronavirus.
Muchos no ignoran que desde hace un rato los cárteles farmacéuticos inventan
enfermedades en laboratorio y en asociación con la industria alimenticia han
generado pandemias más graves como la diabetes, hipertensión y obesidad que
les genera pingues ganancias y nada hacen por erradicarles, los gobiernos son
cómplices de este daño a la población.
El problema con el coronavirus es mayor, no es sólo por vender vacunas, es por el
control del mundo, es un experimento que implica el confinamiento de la sociedad,
es increíble lo que pasa en Italia, España, China y korea, en aras de la
emergencia, fueron obligados a recluirse, negándoles su libre albedrío, ante una
enfermedad menos dañina que la influenza y magnificada por los medios.
Según los expertos Hasta el 22 de febrero, hubo al menos 32 millones de casos
de influenza en Estados Unidos, 31.000 hospitalizaciones y 18.000 muertes por
ese virus, según los CDC. Las tasas de hospitalización entre niños y adultos
jóvenes este año han sido inusualmente altas.
Por el contrario, al día de hoy 4661 personas en Estados Unidos han sido
infectadas de coronavirus y hay sólo 85 muertes. Aunque no existen tratamientos
o vacunas para el coronavirus, solo cuidados paliativos para personas infectadas,
teniendo un índice de mortalidad del 1.6%, entonces; ¡cual es el sustento de tal
aparato publicitario para alarmar a la población?
Obviamente se infiere que es un experimento social de los países neoliberales que
se prestan al juego, en México nuestro presidente se ha negado a llevar la
corriente como lo hizo Calderón, movilizando al país y desperdiciando recursos,
Cuba, Venezuela, Rusia no han caído en ello, Esto le ha ganado a AMLO una
serie de críticas de la reacción.
El comportamiento de la sociedad no deja de ser hilarante, el pánico se apoderó
de los ciudadanos comprando comida para acumular, cerros de papel sanitario,
geles y cloro se agotaron, tiendas departamentales vaciadas en una tarde,
acciones de risa loca, ello nos indica los niveles de estrés de nuestro pueblo y lo
susceptible a la manipulación.
Estas prácticas de manipulación a gobiernos por la OMS traerá un colapso
económico mundial, cerrar factorías, paralizar a las sociedades tiene
consecuencias, como las tuvo hoy la orden de cerrar fronteras dada por Donald
Trump, la bolsa de valores de Wall Street cayó 13% a pesar de que la Reserva
Federal bajó a tasa cero el interés bancario.
Esto definitivamente marca el fin de la globalización y los sueños opiáceos de
dominar el mundo del imperio decadente a través de pandemias, del miedo y la
duda, el karma los alcanzó.
Rusia y Arabia Saudita siguen incrementando su producción petrolera por lo que
se prevé truenen a Estados Unidos al invalidar su fuente principal de producción
de gas el Fraking ya que sólo es rentable a partir de 50 dólares, por ello 380
empresas del ramo la mayoría Texanas han cerrado.
Acá en México el panorama es negro, esta noche Trump ha declarado que
Estados Unidos entró en recesión, este gobierno deberá dar un golpe de timón si
quiere subsistir y llevar sus programas avantes, la ultraderecha y sus contlapaches
panegíricos debe ser derrotados ipso facto.
Bastante daño han causado al país desinformando a la población, apostándole a
que México sea invadido, a que la economía se derrumbe, deseando que el
coronavirus les haga el milagro de derrumbar al gobierno, los enemigos ya se
conocen son los ex gobernantes y sus grupúsculos de beneficiarios.
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