León, Guanajuato, México.- León es la segunda población en importancia política para el Estado de Guanajuato y, de paso, un polo de atracción turística que se distingue no solamente por las posibilidades que ofrece al comerciante o industrial, puesto que su centro histórico reserva joyas arquitectónicas y monumentos cuya trascendencia histórica es innegable; entre estos últimos, con casi cuatro décadas de vida, se encuentra la Fuente IV Centenario, mejor conocida como la Fuente de los Leones, que se ubica en el corazón de la urbe, en plena Plaza de los Fundadores.
Majestuosa a la distancia y llena de detalles una vez el paseante se aproxima a ella, la tradicional fuente es un monumento que es clásico para las nuevas generaciones de leoneses y, además, atrae a visitantes y locales porque se ha convertido con los años en un centro de reunión, rodeado por edificios históricos, la Casa de la Cultura y establecimientos de diverso rubro comercial.
Fue en 1961 cuando se inauguró la Plaza de los Fundadores que, en una primer versión, tenía una fuente moderna junto a un obelisco con una placa en recuerdo de los primeros pobladores que llegaron a establecerse en el lugar; por lo que toca a la famosa Fuente de los Leones (el nombre “oficial” es Fuente Conmemorativa del Cuarto Centenario), comenzó a funcionar el 20 de enero, con motivo de las festividades por el 400 aniversario de la fundación de la ciudad, lo que motivó la reinauguración de la plaza y la realización de obras de remozamiento en los edificios adyacentes, con un estacionamiento subterráneo y la celebrada fuente que se conoce hoy día.
Situada en una base de cantera, la fuente se caracteriza por su escultura central que remata en una concha enorme de la que se desploma la cauda de agua; esta conche está sostenida por cuatro leones recostados, en actitud beligerante, como emblema de magnanimidad, cada uno de los cuales simboliza un siglo en la vida de la ciudad.
Por sus dimensiones, el monumento llama mucho la atención, lo que cumple con uno de sus objetivos esenciales, ser referencia en el centro citadino, y se sitúa en una zona peatonal, a un costado de la Casa de la Cultura y, en el otro lado de la fuente, se colocó la placa conmemorativa con los nombres de los primeros pobladores españoles de la urbe guanajuatense.
La Fuente de los Leones fue diseñada por el arquitecto y escultor Ricardo Motilla Moreno que, entre otras obras, es conocido por ser el creador de la escultura monumental de San Sebastián mártir que se ubica en la entrada del Museo de Arte e Historia de Guanajuato, en las instalaciones del recientemente edificado Fórum Cultural Guanajuato, nuevo atractivo cultural con el que cuenta la ciudad de tradición zapatera.
Aunque nacido en 1951 en San Luis Potosí, Motilla Moreno realizó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Guanajuato, pero también ha incursionado con éxito en el diseño gráfico, la pintura y la escultura, desarrollando una carrera en la plástica que cuenta casi 45 años (su primera exhibición individual fue en 1970) y que le ha llevado a exponer su obra en diferentes lugares del país y el extranjero; asimismo, su labor abarca el diseño industrial, el diseño ornamental y de joyería, así como preseas oficiales otorgadas a los participantes del Festival Internacional Cervantino (FIC), de 1974 a 1988.
La Fuente de los Leones no sería el punto de referencia que es actualmente si no se ubicara en la Plaza de los Fundadores, un importante sitio histórico en el tejido urbano de León; si bien la fuente posee para los lugareños una dimensión simbólica, el espacio donde ahora se halla guarda una historia llena de cambios drásticos en su fisonomía.
Primero que nada, en 1589 llegaron los franciscanos a la Villa de León y construyen su templo, su convento y, justo donde se encuentra la plaza, un cementerio parroquial (que funcionó hasta 1700); casi un siglo después, el lugar ya era un concurrido tianguis donde se vendía calzado, además de productos agrícolas, textiles y demás productos.
Pasaron casi ocho décadas para que, por la importancia del tianguis, se construyera ahí mismo el Mercado Hidalgo, que el pueblo llamará posteriormente “El Parián”, un elegante edificio de cantera estilo neoclásico que fue destruido en 1929 por un incendio pero que, durante sus 63 años de vida, fue el principal centro de abastos de León (ahí se efectuaba la famosa Feria anual de León, así como otras exposiciones comerciales) que, al desaparecer, dio paso al recordado Jardín de la Industria, que tenía una fuente morisca de azulejo, que fue lugar de llegada para los autobuses foráneos antes de la apertura de la Central Camionera (en 1969).
Actualmente, la plaza ofrece una enorme variedad de locales comerciales y de comida, lo que permite al paseante sentarse a disfrutar de la vista que ofrece la majestuosa fuente, orgullosa guardiana de las tradiciones leonesas.
Fuente: www.informador.mx/Suplementos/Fuente-de-los-leones-una-estampa-del-Bajio-20141130-0153.html
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