Arizona – Alan Pulido viste un reloj de diseñador, una gorra de béisbol con la visera hacia atrás con su borde destacándose a un lado y un suéter con capucha, a pesar del fuerte calor vespertino de Arizona. Sentados en un snack bar inspirado en México llamado “Taquería Centro”, ubicado dentro de un lujoso resort, durante los últimos días de la pretemporada de la MLS, la primera pregunta es hecha por el propio Pulido, no por ESPN.
El artillero, que se caracteriza por su hablar pausado y quien fuera fichado esta temporada por el Sporting Kansas City en condición de jugador designado, quiere saber si el artículo será publicado en México.
Durante el transcurso de nuestra larga conversación, es fácil entender por qué la relación de un Pulido abierto y con frecuencia brutalmente honesto con su país natal es complicada.
Su nombre es sumamente conocido en México, tratándose de alguien que ha sufrido altos y bajos al extremo y que es seguido por aproximadamente dos millones de personas en redes sociales; lo cual implica un alcance superior al de la vasta mayoría de los clubes que conforman la Major League Soccer. También es una persona llena de patriotismo.
Pulido enfatiza que desea representar a su país, familia y terruño de Ciudad Victoria mediante los goles que anote vistiendo la camiseta del Sporting KC y que le gustaría, desesperadamente, contar con la oportunidad de volver a la selección nacional mexicana, a pesar de que aún no ha podido conversar con el actual director técnico de El Tri, el argentino Gerardo “Tata” Martino.
Simplemente, el hecho de que Pulido ha tenido una carrera y vida tan tumultuosas en México, hizo que la relativa tranquilidad que se respira en Kansas City fuese una propuesta atractiva para él.
Pulido no ha regresado a Ciudad Victoria, ubicada en el estado de Tamaulipas (el Departamento de Estado norteamericano advierte a sus ciudadanos que eviten viajar allí debido a los índices de “delincuencia y secuestros”) desde que el propio jugador fuera secuestrado en mayo de 2016.
Se trata de una ciudad denominada el año pasado por el Consejo de los Ciudadanos por la Seguridad Pública y Justicia Penal como la cuarta urbe más peligrosa del mundo, con un promedio de 86.01 homicidios por cada 100,000 residentes.
En una visita hecha a su hogar después de terminada su temporada en Grecia, donde vistió el uniforme del Olympiacos, Pulido abandonó una fiesta en una noche de sábado, aproximadamente a las 11:30 p.m., según informaron medios locales, para ser rodeado por varias camionetas, de las cuales bajaron hombres enmascarados y armados, quienes tomaron al atleta por la fuerza, permitiéndole a quien era su novia en aquél entonces escapar del lugar.
Sin embargo, mientras los captores negociaban un pago de rescate con sus familiares, Pulido fue dejado a solas junto a un guardián. El jugador aprovechó la oportunidad, arrebatándole al vigilante su pistola y teléfono celular en un forcejeo, lo cual le permitió comunicar a las autoridades su paradero una vez golpeó al vigilante, dejándolo inconsciente, según informó la agencia AP. En cuestión de minutos, la policía llegó para rescatarle, aproximadamente 24 horas después de su secuestro.
Como es natural, Pulido se mostró estremecido cuando compareció ante los medios de comunicación después de la adversidad sufrida. Desde entonces, no ha hablado del suceso de forma detallada. A pesar de ello, comentó a ESPN que “es complicado vivir con miedo”, agregando que el incidente “siempre voy a llevarlo allí”.
Después de su secuestro, cuando Pulido visita a miembros de su familia, se encuentra con ellos en Monterrey, ciudad natal de su esposa. Sus parientes hacen el viaje de cuatro horas en carretera desde Ciudad Victoria.
“Obviamente no me gusta tocar estos… temas, son muy delicados, complicados, pero te da un mal aprendizaje pero son malos recuerdos que por allí no quisiera volver a vivir y tampoco se los deseo a nadie”, indicó el jugador. “Fue algo muy difícil en mi vida”.
“La verdad me da tristeza, mucha tristeza ver todo lo que está pasando y no solamente en mi ciudad, pero en todo México”, expresó Pulido, con respecto a la escalada de violencia que ha afectado a su país.
“La verdad nunca imaginé que iba a llegar a estos grados y ya el hecho de meterse con niños, meterse con las mujeres. Sinceramente estos tipos de noticias, claro que da vergüenza al país”.
El secuestro de Pulido fue objeto de titulares a nivel internacional; no obstante, Pulido siempre ha sido una constante presencia en los medios de México. En 2017, estrelló su auto deportivo luego de una noche de fiesta, cuando acababa de recuperarse de una lesión.
También se produjo un momento tristemente célebre en el cual los entendidos del fútbol le criticaron por presentarse a los exámenes médicos de pretemporada en mayo pasado conduciendo un resplandeciente Ferrari negro.
Pulido, en la medida de lo posible, conduce sus respuestas para expresar que se mantiene concentrado en el reto que está a punto de asumir con el Sporting KC, en vez de hablar sobre el pasado.
Siente motivación con miras a la temporada de la MLS (el Sporting KC abrirá su campaña enfrentándose a Vancouver el 29 de febrero a las 10:30 p.m. ET por ESPN+ en Estados Unidos y a las 21.30 de CDMX por ESPN Play Norte) debido a la oportunidad de ayudar a su nuevo club en sus intenciones de clasificar a la postemporada, después de un 2019 mediocre.
No obstante, la posibilidad de empezar una familia en la relativa calma de los Estados Unidos tras haber contraído matrimonio recientemente también ha sido un factor importante que incidió en su decisión de jugar en la MLS.
La familia Pulido tiene profundas raíces en Ciudad Victoria. Su padre Armando jugaba como portero para el Correcaminos, club profesional de esa ciudad y se ganó el apodo de “El Pulpo” Pulido por sus atajadas de penales.
La madre de Alan trabajaba como maestra, mientras que Armando, su hermano mayor, ha tenido una carrera futbolística que lo ha llevado de Tigres a Tijuana, hasta Grecia (al mismo tiempo que Alan), Querétaro y el Correcaminos.
“No teníamos demasiadas cosas pero tampoco nos faltaron muchas”, afirmó Pulido. “Vivíamos bien gracias a mis papás, quienes siempre trabajaron y nos sacaron adelante y yo tuve lo necesario, lo que me ocupaba. No tuve ni más ni menos. Me pone contento por realmente ahora todo lo que tengo, todo lo que hice, lo que me esforcé”.
Fue gracias a su hermano Armando que Pulido se hizo hincha de su primer club, Tigres, atraído por las destrezas y hazañas del volante ofensivo argentino Walter Gaitán. Pulido llegó a jugar con Tigres gracias a su desempeño con la selección de Tamaulipas y poco después de hacer su debut en la Liga MX bajo las órdenes de Ricardo “Tuca” Ferretti en 2010, se convirtió rápidamente en un jugador a quien se le presagiaba un gran futuro.
A los 22 años, Pulido se hizo merecedor de una convocatoria con el combinado nacional en enero de 2014, convirtiendo un “hat trick” en su debut contra Corea del Sur. Asimismo, formó parte de la convocatoria de El Tri para el Mundial de Brasil 2014, aunque no sumó minutos en la cancha.
Luego de regresar de su compromiso mundialista, Pulido se enfrentó a una larga, agotadora y amarga batalla legal con Tigres, mientras el jugador intentaba dejar el club para hacer realidad su sueño de jugar en Europa.
Pulido creía que su contrato con Tigres se encontraba a punto de expirar y que podía dar el salto después del Mundial mediante una transferencia gratuita, mientras que el club se mantenía firme, alegando que se había perfeccionado la renovación de su compromiso laboral.
Pulido se negó a satisfacer la voluntad del equipo para así obligar a un pase al Levadiakos de Grecia,obteniendo una transferencia provisional por parte de la FIFA miestras alegaba que Tigres había forjado su firma, pero eventualmente el caso se decidió a favor del equipo en veredicto emitido por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en septiembre de 2015.
“Nunca pensé que hiciera eso a alguien que realmente daba todo por este equipo”, expresó Pulido. “Es muy triste”. Pulido sigue sin arrepentirse de su posición, a pesar de haber sido excluido de la selección mexicana mientras se definía su disputa legal en los tribunales.
“Menosprecian mucho el jugador (en México) y por eso por allí tomé esta decisión y creo que hice lo correcto porque defendí mis derechos y creo que me resultaron”, indicó Pulido.
“Jugué en Grecia, en Europa, cumplí un sueño importante. [Jugué] en las mejores competencias del mundo, como la Champions League, Europa League, y al fin de cuentas no me lo quita nadie”.
“Tomé las decisiones que tenía que tomar”, prosiguió. “Yo creo que era momento de levantar la voz, de saber que no nos podíamos dejar pisotear por ningún club, que nuestra palabra como jugadores valen y vale muchísimo y que gracias a nosotros hay este espectáculo, el fútbol”.
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