El 7 de noviembre de 2007, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 20 de febrero como Día Mundial de la Justicia Social, siendo celebrada esta fecha desde el 2009 hasta la actualidad.
La Justicia Social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro de los países y entre ellos, que representa el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.
Siendo oportuno precisar, que el desarrollo y la dignidad humana no pueden alcanzarse sino se respetan todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, pues solo a través de un respeto pleno a estos derechos puede hablarse de un ser humano en toda su dignidad.
En esa tesitura, es claro que si no existe respeto a los derechos humanos, tampoco puede hablarse de la celebrada Justicia Social.
Ahora bien, en el caso de Ciudad Victoria en particular, la ciudadanía no tiene nada que celebrar.
Lo anterior, toda vez que en la Ciudad no existe Justicia Social, pues desde que tomó protesta el Ayuntamiento encabezado por el zafio Presidente Municipal Xicoténcatl González Uresti, diariamente por incapacidad se han encargado de violentar el derecho humano de acceso al agua potable en perjuicio de la ciudadanía.
Esto, pues derivado de la deficiente prestación del servicio de suministro de agua potable que realizan, han incumplido con su obligación de garantizar el acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico, en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible, de manera equitativa y sustentable entre todos los sectores de la población.
Situación, que además de generar irritación social, demandas, marchas, plantones y manifestaciones, atenta contra nuestra dignidad y el mínimo vital, en tanto la autoridad es omisa en garantizar la disponibilidad de un derecho de procura existencial.
Máxime, que incluso la violación a este derecho fundamental por parte de la autoridad, implica también una vulneración a otros derechos humanos, a saber, vivienda digna, trabajo, adecuada alimentación, educación, derecho a la salud, etc.
Así, frente a este sistemático sacrilegio de derechos, es claro que en Ciudad Victoria los ciudadanos constantemente sufrimos atentados abyectos en contra de nuestra dignidad y en consecuencia, hoy no disfrutamos de la denominada Justicia Social.
Derivado de lo anterior, concluyo que los Victorenses no tenemos qué celebrar, pues primeramente por dignidad, debemos exigir Justicia Social.
Finalmente, aprovecho para recordar que el 9 de septiembre de 2019, el Presidente Municipal Xicoténcatl González Uresti al desahogar su primer informe de acciones de gobierno al que denominó “hablándole a mi pueblo” afirmó que el deficiente servicio de suministro de agua potable sería resuelto el primer semestre del año siguiente, es decir, durante los meses de enero a junio de 2020; le restan cuatro meses.
Veremos si cumple, o si continua sin recato faltando a la verdad y/o etiquetando el agua como fruslero para los habitantes de la capital de Tamaulipas.
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