Bill Forward no dejará que esta terrible enfermedad le impida salir a pasear con su mujer de hace 45 años. Si bien su conciencia se está desvaneciendo, ella aún ama con locura al hombre que tiene a su lado.
El Alzheimer es uno de los peores diagnósticos que una persona puede recibir.
Y es que la noticia de que el cerebro comenzará a fallar, que los mejores recuerdos de la vida se borrarán de tu memoria y que tu conducta, personalidad y conciencia se deteriorarán progresiva y lentamente es simplemente lapidaria tanto para los pacientes como para sus familiares.
El Alzheimer es una enfermedad física del cerebro que generalmente se presenta después de que una persona ha estado sufriendo de demencia, que es una gama completa de enfermedades que afectan el cerebro. Entre los síntomas se pueden mencionar la mala memoria, confusión, perderse en lugares familiares y cambios de la personalidad.
La enfermedad avanza progresivamente y si bien es terrible desde un principio, es su etapa final la peor de todas. Las personas no saben quienes son, olvidan habilidades básicas como lavarse los dientes, usar el inodoro e incluso hablar o comer.
En muchos casos el amor de esposas, esposas hijos y amigos no es suficiente para poder cuidar a una persona con esta terrible enfermedad, por lo que muchos de estos pacientes, sobre todo ancianos, terminan relegados en casas de retiro u hospitales que pueden entregarle todos los cuidados que necesitan y que la familia no puede -o no quiere- darles.
Nadie podría juzgar a una familia que decide delegar el cuidado de una persona con Alzheimer. Lo que sí podemos hacer es alabar y celebrar a las personas que aún con este terrible diagnóstico se quedan al lado de sus seres queridos y hacen todo lo posible para acompañarlos durante este doloroso proceso, aún si ellos no los reconocen.
Este es el caso de Bill Forward, un abuelito que lleva casado 45 años con su esposa Glad. Juntos tuvieron una romántica boda, dos hermosos hijos, nietos y una bella casa en los suburbios. Su vida era de ensueño hasta que su mujer fue diagnosticada con Alzheimer.
El hombre tuvo que ver cómo poco a poco la mujer que lo conquistó hace casi 50 años desaparecía frente a sus ojos y apenas podía funcionar. Esto era terrible, sin duda, pero nunca hizo mermas el amor que Bill siente por ella.
El hombre despierta a su mujer todos los días, la ayuda a bañarse, la viste, la alimenta, le hace compañía. Aún bromean juntos, aún se dan la mano, aún se aman.
Es tanto el cariño que el hombre siente por su mujer que decidió diseñar y construir una bicicleta con una silla especial integrada para poder seguir dando esos bellos paseos por el barrio que a ella tanto le gustaban en su juventud.
Glad apenas puede caminar, pero eso no iba a impedir que Bill pudiera pasear con ella. La bicicleta les cambió la vida porque significa que ahora ambos pueden salir de la casa untos, que Bill puede hacer un poco de ejercicio y que Glad puede estar siempre con él, dentro o fuera de la casa.
El amor que este hombre siente por su esposa lo está haciendo luchar contra una terrible enfermedad mientras se aferra a las pocas señales que su mujer le da para indicarle que, aunque su mente esté en otro lugar, su corazón siempre estará con él.
México, 18 de febrero 2020
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