En el año 2013 el Guinnes World Récords nombró al conocido como Carolina Reaper el chile más picante del mundo gracias a sus 1.569.300 Unidades de Picante Scoville. Recientemente la puntuación ha sido actualizada a 2.189.000 Unidades de Picante Scoville. Para saber lo que esto significa, un jalapeño apenas tiene 5.000 Unidades de Picante Scoville.
Hay un caso documentado de un hombre que tuvo que acudir al hospital por comer un Carolina Reaper. Estuvo ingresado durante varios días, aquejado de fuertes dolores de cabeza. Los escáneres cerebrales que le realizaron señalaron que las arterias de su cerebro mostraban cierta contracción. Tardaron más de un mes en volver a su normalidad.
En plena era digital, hay retos absurdos que terminan haciéndose virales. El pasado año 2019 muchos youtubers creyeron que era buena idea comerse un Carolina Reaper, y los resultados fueron cuanto menos perturbadores. Rostros enrojecidos y deformados, lágrimas, vómitos… Incluso una chica tuvo que acudir a urgencias porque tenía un ataque de asma.
Pero ¿por qué ocurre todo esto? Los expertos explican que, al comer el chile más picante del mundo, no se da una respuesta al sabor como con cualquier otro alimento, sino al dolor. Contiene capsaicina, un químico que envía una señal de alerta a los receptores de picante que están situados en las fibras nerviosas del dolor en el cuerpo. Por lo tanto, «engaña» al cerebro, haciéndole creer que determinadas áreas del cuerpo están ardiendo.
Al comenzar a comer picante, los receptores del dolor se activan y los labios se hinchan. Cuando lo tragas, la garganta empieza a quemar, así que la sensación de atragantamiento es normal. Es una respuesta defensiva del organismo.
Una vez el chile llega al estómago, la inflamación y el dolor aumentan: náuseas, vómitos, diarrea… Son consecuencias frecuentes.
México, 13 de febrero 2020
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