Este es un caso digno de admirarse ya que a esta perrita no le daban ni una esperanza para caminar, pero gracias al cariño e ingenio de su familia lo consiguió.
El nombre de esta perrita es Gracie y desde que llegó a este mundo tuvo que enfrentarse a muchas dificultades, pues nació sin sus patitas delanteras. Por si esto fuera poco, su pequeño cuerpo estaba lleno de gusanos y los doctores ni siquiera le deban mucho tiempo de vida. Al ver esta situación, sus dueños decidieron abandonarla cruelmente, pero la perrita nunca se rindió.
Más tarde, Gracie fue adoptada por la familia Turney, quienes están a cargo de un refugio de animales. Para fortuna de la perrita llegó al lugar indicado, pues ellos tenían experiencia atendiendo y criando cachorros con algún tipo de discapacidad, además eran dueños de uno con parálisis y uno más sin una pata.
De acuerdo como Bored Panda, lo que más le preocupaba a los Turney era la movilidad de Gracie, pues la perrita crecía mucho pero aún no era apta para poder utilizar una silla de ruedas para perro adulto. Es por eso por lo que, al hijo pequeño de la familia, Dylan, se le ocurrió la brillante idea de construir con sus propias manos (y sus LEGOS) una silla acorde para ella.
Curiosamente la silla de ruedas que el niño de 12 años había creado era perfecta para Gracie, pues era relativamente barata y era muy fácil ajustarla al tamaño de la perrita, sobre todo viéndolo a largo plazo. Le costó un poco de trabajo, pero al final la suave campeona logró dominar a la perfección las ruedas, pues ya podía caminar y hasta correr a su paso.
No cabe duda de que tanto los dueños como los animalitos harían cualquier cosa por verse mutuamente contentos, y sin duda Gracie es una perrita feliz que gracias a los Turney –y sobre todo al pequeño Dylan– pudo tener la vida y el amor que tanto necesitaba.
Discussion about this post