El futuro parece acercarse para bien y para mal, lo que nos obliga a buscar alternativas de energía. La lluvia, que parecía ser el enemigo de los paneles solares, hoy es un gran aliado.
Las energías renovables llegaron hace algunos años y lo han hecho para quedarse. Claro, todavía no son tan masivas como quisiéramos, por el bien del planeta, pero siguen avanzando con ese rumbo. Entre ellos, los paneles solares lideran el mercado, pero tienen un conflicto con los días nublados y las lluvias.
Ese problema parece próximo a quedarse. Desde hace unos años, científicos chinos vienen trabajando en un prototipo de panel que aprovecha el movimiento de las gotas de lluvia para generar energía. Van un par de pasos adelante. Estas características ya no son un enemigo, son aliados.
Se trata de una tecnología conocida como nanogenerador triboeléctrico, lo que otorga la capacidad de capturar energía creada por el movimiento de las gotas de lluvia o los «golpes» que generan al caer.
Así, el panel tiene la capacidad de generar energía del sol y también desde la lluvia, solucionando uno de los grandes problemas que produce este tipo de energías.
«Las células solares, como dispositivos prometedores para convertir la luz en electricidad, tienen un rendimiento dramáticamente reducido en días lluviosos. Aquí, se construirá una estructura de recolección de energía que integra una célula solar y un dispositivo de nano generador triboeléctrico (TENG) para realizar la generación de energía tanto de la luz solar como de las gotas de lluvia».
Los investigadores, de la Universidad de Soochow (China) han visto un potencial a desarrollar en este periodo donde el panel convencional no genera energía (o tanta como en un día soleado).
En caso de llegar a concretarse el proyecto y pasar a ser algo masivo y efectivo, revolucionaría la industria de las energías renovables. De eso no hay dudas.
Se estima que la eficiencia sería tal, que con solo una gota de lluvia podrían iluminarse unas 100 bombillas LED, durante un breve periodo de tiempo.
De desarrollarse, contribuiría con el cambio a energías no convencionales, ese que tanto anhelamos y la tierra nos pide a gritos.
México, 19 de febrero 2020
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