Miguel Hidalgo, CDMX, México.- En el Cerro del Chapulín, donde grupos de teotihuacanos, toltecas, y mexicas pernoctaron desde tiempos inmemoriales tanto por el valor geo-estratégico de este promontorio como por el sentido mítico-mágico que tuvo tradicionalmente este recoveco del Valle de Anáhuac, se yergue hoy, formidable y magnánimo, nuestro Castillo de Chapultepec.
El visitante tiene una experiencia inolvidable al acercarse al Castillo de Chapultepec, y es que aquí, además de la suntuosa y bella arquitectura del edificio, están plasmadas muchas de las referencias históricas que hemos llevado con nosotros toda la vida.
Como se mencionó anteriormente, Chapultepec fue morada de varios grupos prehispánicos que habitaron el valle desde hace varios milenios, los últimos hallazgos dan fe de ello, sin embargo, las obras más formales que se realizaron en el cerro y sus alrededores —y que han podido ser corroboradas por las investigaciones arqueológicas— datan de la época donde la ocupación de Chapultepec correspondió a los primeros grupos mexicas que habitaron el Valle de Anáhuac.
Los mexicas construyeron a partir del segundo milenio de nuestra era cuestiones muy puntuales, como por ejemplo, un teocalli; es decir, una pirámide coronada por un templo en la parte alta del cerro, por donde se encuentra hoy el Torreón del Caballero Alto, que es la torre de observación que se alza en el Alcázar y que a partir de 1878 fue acondicionada como observatorio astronómico y meteorológico.
Del mismo modo, en el cerro y en las faldas de este los mexicas construyeron acueductos; es decir, obras de irrigación que llevaban el agua de los manantiales que abundaban en Chapultepec hasta la Ciudad de Tenochtitlán.
Propiamente, la construcción del castillo inició en 1785 durante el gobierno del virrey de la Nueva España Bernardo de Gálvez. En sus inicios el edificio fungía como casa de descanso de los virreyes; sin embargo, con el paso del tiempo, y ya en el México Independiente, el lugar se fue acondicionando para otros usos.
En 1847 fue sede del Colegio Militar, es decir, escenario de la batalla contra el ejército invasor de los Estados Unidos, con el episodio conocido por todos de los Niños Héroes.
Entre 1859 y 1860, durante el gobierno del presidente Miguel Miramón, se construyeron algunas habitaciones del segundo piso del Alcázar.
De hecho, entre 1864 y 1867, los emperadores Maximiliano y Carlota lo utilizaron como palacio imperial, durante este trienio fueron varias las modificaciones y restauraciones que se le realizaron al edificio, acentos afrancesados que le dieron el lustre que en gran medida todavía hoy presume el castillo.
No es sino hasta 1872, durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, que por decreto presidencial el Castillo de Chapultepec se convierte en residencia presidencial.
El presidente Porfirio Díaz lo habitó temporalmente por más de 30 años, posteriormente, desde Francisco I Madero (1911-1913) hasta Abelardo Rodríguez Luján (1932-1934), el Castillo de Chapultepec fue utilizado como residencia oficial por todos los presidentes de la República.
Finalmente, en 1939, el general Lázaro Cárdenas, mediante decreto presidencial, destinó el Castillo de Chapultepec para que fuera sede del Museo Nacional de Historia, estatus que el edificio ostenta hasta nuestros días.
Triedo, N. (11 de 08 de 2018). www.mexicodesconocido.com.mx. Recuperado el 21 de 02 de 2020, de www.mexicodesconocido.com.mx: https://www.mexicodesconocido.com.mx/castillo-de-chapultepec-guia-de-viaje.html
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