Cd. Victoria, Tamaulipas, 16 de Ag. de 2020.- Más de un centenar de personas, en algunos casos familias completas, hurgan día con día en las montañas de desperdicios del basurero municipal, en busca de algunos objetos de valor para colectar y vender, en aras de la sobrevivencia.
Entre los objetos que atesoran se encuentran las botellas de plástico, latas de aluminio, cajas de cartón, fierro, aluminio, madera.
Lo que para la gran mayoría de la población es desperdicio, para ellos es el sostén diario que pagan los recicladores de esos productos, quienes acuden por las tardes o algunos días de la semana a cargar lo que ellos colectaron.
En un entorno de olores fétidos, moscas, zancudos y gran contaminación por los alimentos en descomposición y la presencia de animales carroñeros, decenas de familias victorenses dedicadas a la pepena, obtienen de ahí su sustento.
Decenas de jóvenes varones, hombres jóvenes, se ofrecen de voluntarios con las personas que a diario acuden al basurero municipal ubicado al oriente de la ciudad, a depositar basura. “Las propinas les hacen el día”, dice José López.
Si se diera una verdadera coordinación entre autoridades municipales y ciudadanos para implementar el programa de separación de la basura orgánica e inorgánica, así como el vidrio, plástico y fierro, se simplificaría la tarea de los pepenadores, comenta.
Y con ello, se les brindarían mejores condiciones de vida, un poco más salubres, aún en ese mundo de contaminación.
Tiempo de que la “Ciudad Educadora” que caracterizó a la capital de Tamaulipas el siglo pasado resurja para propiciar una mejor cultura de la separación de los residuos, para la facilitación del reciclaje y abatir la insalubridad y contaminación.







Discussion about this post