La Misión Civil de Observación confirmó una serie de afectaciones ambientales y sociales derivadas del Tren Maya, que van desde deforestación masiva y daños a cenotes hasta presiones inmobiliarias y falta de consulta a pueblos indígenas. Ante este panorama, la organización Sélvame del Tren pidió una investigación independiente y medidas urgentes para detener los impactos en ecosistemas y comunidades.
En un comunicado, el colectivo señaló que “Este Informe representa una oportunidad para frenar un modelo de desarrollo que privilegia el lucro, el control y el despojo sobre la vida, la naturaleza y el derecho a un medio ambiente sano”.
Exigen investigación y suspensión de obras riesgosas
Sélvame del Tren llamó a que se indaguen los abusos señalados, como militarización, violencia, despojo y daños ambientales. También solicitó la suspensión, reconfiguración o reversión de obras en zonas donde estén en riesgo el territorio o los ecosistemas, además de garantizar acceso a la justicia para comunidades afectadas y promover la difusión del informe para visibilizar los costos reales del proyecto.
El reporte fue respaldado por organizaciones como el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil, U kúuchil k Ch’i’ibalo’on, Cenotes Urbanos, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé, Greenpeace México y Terravida. Todas coincidieron en que los tramos 5, 6 y 7 —de Cancún a Chetumal— han sufrido impactos irreversibles debido a los múltiples cambios de ruta y la intervención militar en su construcción.
Señalan daños ambientales y sociales de gran escala
El informe detalla deforestación masiva, destrucción de hábitats y afectaciones graves a sistemas de cuevas y cenotes, pese a la afirmación del entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador de que no se derribaría ningún árbol. También documenta alteraciones hidrológicas, contaminación del agua, omisión del derecho a la consulta previa e informada, y un incremento de megaproyectos turísticos por el cambio de uso de suelo.
El Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza describió la situación como “(Fue) un auténtico etnocidio y ecocidio sustentado en un clima de violación de derechos, militarización, vacíos legales y violencia institucional”.
Entre los datos más graves destacan la remoción de más de 7.2 millones de árboles, la destrucción de más de 125 cenotes y cuevas, y la perforación del terreno con más de 15 mil pilares en el Tramo 5. El informe también reporta abusos de autoridad por parte de la Sedena, la Guardia Nacional y la Marina, así como especulación inmobiliaria que elevó el precio de predios hasta en 400 por ciento, impulsando asentamientos irregulares y desarrollos de lujo sin permisos ambientales.
Resultados económicos lejos de lo proyectado
A pesar de la magnitud del proyecto y del impacto reportado, el Tren Maya registró en 2024 ingresos por 275 millones de pesos, frente a gastos operativos de 2 mil 837 millones, es decir, diez veces más. En más de dos años ha transportado 1.8 millones de personas, por debajo de la proyección inicial del expresidente López Obrador, quien anticipó al menos 3 millones al año.
El Tren Maya, que recorre más de mil 500 kilómetros en cinco estados del sureste, fue inaugurado en diciembre de 2023. Su costo pasó de una estimación de 140 mil millones de pesos a más de 500 mil millones.







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