Dice el Dr. Pedro Javier Vargas García que “El poder y el ego transita en los Centros escolares siempre unidos, sobre todo cuando se vive más de la apariencia, porque en la esencia hay predominio de ego.”
La expresión del exdirector de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 281 es acertada en todos los tiempos porque el ego es el velo que distorsiona la visión personal del mundo, nos divorcia de la realidad.
El ego “…nos permite creer una verdad única, viéndonos a nosotros mismos como el centro de atención que buscamos destacar por encima de los demás y ello es individualismo puro…” asegura el actual titular del Consejo Estatal Técnico de la Educación en Tamaulipas, el Dr. Vargas García.
Sin duda que la visión del pedagogo victorense es correcta, cuando los actores directos e indirectos de la escuela mexicana se hacen de una imagen de poder que conforma un ego muy singular.
De esta forma, infiero nace la Nueva Escuela Mexicana que sin duda enfrenta el desafío de educar la conciencia colectiva, centrándose en el humanismo y los valores que la dignifican; solidaridad, empatía, respeto, libertad y justicia social, por lo que ejercer con ego la autoridad en los centros escolares es contravenir la filosofía de los postulados.
A poco más de un año de haber iniciado el periodo presidencial de la Dra. Claudia Sheinbaum, hace falta delimitar cuál es la esencia real que pretenden las autoridades federales de educación en el país. ¿Cuál es el papel de los maestros? ¿Cuál es el papel de los padres de Familia?
La apariencia es lo que ‘todo mundo ve’. Tal vez sea más adecuado señalar que la apariencia es lo que pretendemos que otros vean, es que queremos enseñar. Aunque la realidad pudiera ser muy distinta.
De ahí la gran diferencia entre la esencia y la apariencia.
Por ejemplo, en opinión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) nuestro país invierte 3 mil 650 dólares anuales por estudiante, lo que significarían algo así como 304 dólares mensuales o 5 mil 624 pesos mexicanos, considerando a 18.5 pesos por dólar.
Para muchos significaría mucho dinero, mientras el promedio de gasto en otros países es de 13 mil 210 dólares anuales (mil 25 dólares mensuales). Según el análisis de la OSDE, México es el segundo país que MENOS invierte en educación de toda la organización.
Bajo la perspectiva de la OCDE pareciera que la Nueva Escuela Mexicana está laborando bajo un enfoque de apariencia, como las escuelas que “tienen prestigio” pero que los alumnos llegan a lo que muchos llaman ‘primaria superior’ (4º, 5º, 6º) sin saber leer o dominar las cuatro operaciones fundamentales.
Muy lamentablemente la economía de los hogares mexicanos obliga a los padres de familia (ambos) a trabajar fuera de casa, por lo que los hijos casi siempre asisten a la escuela sin la guía, asesoramiento o vigilancia de papás. Si acaso, un vecino sin autoridad les ‘supervisa’.
Los peor es que muchas veces ni los padres de familia se dan cuenta de la fuerte deficiencia escolar, mientras las autoridades centrales ordenan la no reprobación de los alumnos en la escuela primaria y hasta en los niveles de licenciatura.
Los problemas de la educación en el México de hoy, sin duda son muy diferentes a los que vivimos hace una o dos décadas, porque han surgido nuevos conflictos que hasta el momento no se han podido superar.
Miguel Ángel es un profesor que trabaja en la escuela urbana, aunque laboró en la zona rural y está convencido de que “…me apasiona guiar el aprendizaje de los niños que realmente quieren superarse…”
El profesor Miguel Ángel ahora padece de sordera en el oído derecho, pues en la pandemia (2020-2022) recibió la orden de hacer visitas domiciliarias a sus estudiantes que no se conectaban para entregar un cuadernillo editado por Educación Pública, lo que provocó que en una de esas visitas fue agredido por jóvenes al recibir un golpe en el oído derecho que le hizo perder la audición.
La esencia y la apariencia son entes muy distantes.







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