Ahora, cuando Jesús Eduardo Govea Orozco levante la mano y juré como nuevo Fiscal General de Tamaulipas, no solo estará estrenando oficina: estará heredando su propia obra negra.
Porque nadie —absolutamente nadie— conoce mejor que él las más de 800 carpetas de investigación que abrió contra la “banda cabecista”, ese aparato de saqueo que gobernó Tamaulipas como botín personal durante el sexenio panista.
Govea no llega a ciegas.
Llega con la lista completa de pecados que él mismo documentó: 800 denuncias, 458 servidores públicos señalados, 130 denuncias de alto calibre contra 15 funcionarios de primer nivel, 14 carpetas judicializadas, 15 órdenes de aprehensión… y la admisión pública de que “algunas sí tienen que ver con el exgobernador”.
Si alguien ya le hizo la autopsia penal al cabecismo, es él.
Y ahora tendrá en sus manos la guillotina.
Por eso, en Tamaulipas flota la pregunta inevitable —y legítima—:
¿Govea Orozco será el verdugo que él mismo se prometió ser?
Porque desde la Fiscalía Anticorrupción roncó fuerte.
Presionó. Señaló. Exigió que la Fiscalía General —la que mañana encabezará— dejará de empolvar expedientes y los moviera ante los jueces penales.
Sus palabras están documentadas. Sus cifras también.
Ahora viene el otro lado del dicho:
“A ver si como roncas… duermes.”
Hoy ya no hay pretextos.
Hoy tiene todo: el cargo, la autoridad, la maquinaria completa de la justicia.
Hoy puede —y debe— demostrar que no habló por hablar, que no fue pose de funcionario momentáneo, que no infló cifras solo para la nota.
Hoy tiene la oportunidad histórica de convertirse en el fiscal que lleve al banquillo a los saqueadores de Tamaulipas, encabezados por Francisco García Cabeza de Vaca.
Las 800 carpetas no son rumor: son expedientes.
Los 15 altos mandos acusados no son invento: son nombres, firmas y cargos.
Las órdenes de aprehensión no son discurso: son mandamientos de ley listos para ejecutarse.
Y además, Govea ya no tendrá excusas para no comerse el platillo completo a base de “Cabeza de barbacoa y menudo con pata de vaca”, porque hoy también tiene a su favor al Poder Judicial, bajo el mando de Tania Contreras.
Con esa dupla al frente, la ciudadanía se dará por bien servida con este exquisito menú contra el cabecismo:
“cabezas de barbacoa, menudo con pata de vaca…”
y de postre, “raspas chamoyadas made in Reynosa”.
Govea tiene el archivo, el conocimiento y ahora el poder.
Y Tamaulipas tiene la expectativa —y la memoria— de todo lo que dijo, prometió y exigió.
Hoy empieza la prueba real.
Sabremos si Govea Orozco llega a dormir… o a cumplir.
AQUÍ EN CORTITO: Américo Villarreal Anaya participará este sábado en el Zócalo capitalino en la conmemoración de los siete años de los gobiernos de la transformación encabezados por Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, cuyo mayor logro ha sido la reducción de la pobreza en México.
Tras la sesión solemne del Congreso del Estado, donde entregó la Medalla al Mérito Ciudadano “Luis García de Arellano”, el gobernador destacó que Tamaulipas vive los frutos de los primeros tres años de su administración, etapa marcada por el respaldo de la presidenta Sheinbaum y por obras ya concluidas como el Hospital IMSS-Bienestar de Madero, el Hospital ISSSTE de Tampico y la nueva Dirección General de Aduanas en Nuevo Laredo.
Américo subrayó que vienen proyectos clave por concluir, entre ellos la carretera Tula-Ocampo y el Gasoducto de Reynosa, además de iniciativas de gran calado que ya se gestionan ante la Federación, como la espuela ferroviaria para el Puerto del Norte en Matamoros y el polo de desarrollo de Altamira contemplado en el Plan México.
Con estas bases, afirmó que a partir de 2026 iniciará la etapa de consolidación de la transformación humanista en Tamaulipas, con nuevos proyectos estratégicos orientados a impulsar mayor prosperidad y desarrollo compartido para todas y todos.
POR OTRA PARTE. La Universidad Autónoma de Tamaulipas avanza en la construcción del Plan de Cultura de Paz 2026, un proyecto estratégico que se elabora junto con estudiantes, docentes y personal administrativo para fortalecer la convivencia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos en todos sus espacios.
Durante el cierre del periodo escolar 2025-3, la UAT realizó talleres creativos y participativos en sus distintas facultades y sedes, donde la comunidad universitaria compartió experiencias, identificó problemáticas y propuso soluciones en temas como inclusión, bienestar emocional, igualdad y vida estudiantil segura. Las dinámicas, coordinadas por la Defensoría de los Derechos de los Universitarios, permiten un diálogo abierto y un análisis colectivo que nutre la visión institucional.
Los aportes recopilados integrarán un diagnóstico estatal que dará sustento al Plan 2026 impulsado por el rector Dámaso Anaya Alvarado, asegurando que responda a las realidades de cada campus.
El documento final será una guía de largo plazo para construir entornos libres de violencia y discriminación, articulada en cuatro ejes:
Prevención y atención de violencias,
Igualdad y no discriminación,
Derechos humanos en el entorno universitario, y
Cultura de paz con impacto social.
Con este trabajo, la UAT se posiciona como una universidad que escucha, dialoga y se transforma junto a su comunidad, reafirmando su compromiso con un ambiente seguro, inclusivo y humano.
Discussion about this post