“De Sonora a Yucatán, todos usan sombreros Tardan,” era uno de los mensajes publicitarios radiofónicos de mayor fama en México durante la segunda década del siglo pasado. Si echamos un vistazo a fotografías, periódicos y películas de aquella época, encontraremos que el sombrero representaba un accesorio insustituible del vestuario entre los mexicanos. Políticos, funcionarios, campesinos, banqueros, mujeres, obreros, ganaderos, burócratas y gente común, los utilizaban ordinariamente.
Para los campesinos y habitantes de ciudades calurosas, además de representar una moda lo primordial era cubrirse del sol. Sombrearse la cabeza, como indica la palabra de dicha prenda. Los más populares, incluso caros eran los fabricados artesanalmente con palma, espiga, petate o cualquier fibra natural. Por ello la contra parte del anuncio de la Casa Tardan, establecida en 1847 pregonaba: “Desde el Bravo hasta el Suchiate, usan sombreros de petate.”
Los porfirianos los elegían de copa o chistera –propio del presidente Abraham Lincoln- y bombín; en cambio los zapatistas se distinguían por el enorme tamaño. Uno de los primeros establecimientos de principios de siglo que vendía sombreros en Ciudad Victoria, era la Casa R. Montemayor e Hijos ubicada en la calle Hidalgo 94, distribuidores de John B. Stetson. Algunos políticos postrevolucionarios, artistas y banqueros, se inclinaban por los de fieltro o Borsalino estilo gángster similares a los del actor Juan Orol.
¡Era tal su aceptación entre la cultura popular, que, al mencionar a cierta figura de la lotería mexicana, se debía cantar! frac, bastón y bombín…El Catrín¡ Sería interminable la lista de personalidades que lo usaba por ejemplo Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas, Venustiano Carranza, Tin Tan, Francisco I. Madero, José Vasconcelos y Emilio Portes Gil, entre otros.
Todo indica que la moda de usar sombrero está de regreso con cierto toque de distinción. Los jóvenes lo volvieron a sacar a las calles, preferentemente el estilo Fedora de menor tamaño. A diferencia de otros países, en México existe una enorme variedad en todas
las regiones del país. Los fabrican estilo de palma, ranchero, jipi, jarocho, vaquero, charro, Panamá, yucateco, jarano y texano. Para atender la demanda de compradores potenciales, diseñadores famosos han creado nuevos modelos en tiendas exclusivas.
Por su origen, el sombrero más próximo a nuestra entidad es el tejano marca Stetson, creado por John Batterson a mediados del siglo XIX. No sólo se convirtió en símbolo de elegancia, sino también de identidad entre vaqueros de Texas, Chihuahua, Sonora, Nuevo León y Tamaulipas. Originalmente formaba parte de agricultores, ganaderos y rancheros. Por su alto costo, en la actualidad se utiliza en ceremonias especiales.
Sombrerería Hinojosa
En Tamaulipas la comercialización de sombreros se realiza en mercados, tiendas de ropa, sombrererías, puestos callejeros y ferias populares. La única fábrica que opera en la capital desde varios años es propiedad de la familia Garza Williams. Sin embargo, la tienda de mayor tradición en la capital tamaulipeca es la Sombrerería Hinojosa fundada por Osvaldo Hinojosa Arellano, Soto la Marina, Tamaulipas-Ciudad Victoria (1934-2021). Sin lugar a dudas, era la persona con mayor autoridad y conocimiento sobre los sombreros en todo Tamaulipas.
Durante casi ochenta años de su vida, se dedicó a la venta y reparación de sombreros en su negocio ubicado en el siete Matamoros y Guerrero, donde hace varios años lo visitamos y nos contó de los inicios en esa actividad, casi en extinción: “Llegué a Ciudad Victoria a los cuatro años de edad, casi al cumplir ocho, empecé a trabajar en la Sombrerería El Único, -12 y 13 Hidalgo- propiedad de Héctor Leal.
“Desde entonces me di cuenta de que había nacido para esa actividad. Puse atención y rápidamente aprendí los secretos del oficio. A los quince, instalé mi propio negocio en 12 Hidalgo y Morelos. Luego nos cambiamos a una cuadra de la misma calle y después al 8 Matamoros y Morelos. Finalmente, aquí, muy cerca del Mercado Argüelles.
La otra sombrerería que operaba en Victoria era propiedad del señor Ernesto Vogel originario de Linares, Nuevo León. A principios de la década de los setenta, el licenciado Luis Echeverría le ofreció una agencia de la lotería Nacional en Tampico y abandonó la ciudad.”
¿Qué tipo de clientela visitaban su negocio?
“Quienes más acudían eran los campesinos y los ganaderos. Entre Pedro Sánchez, Melquiades Sánchez y Jesús Rodríguez eran mis clientes. Entre los gobernadores que más lo frecuentaban recuerdo a Magdaleno Aguilar, Raúl Gárate, Enrique Cárdenas González y Manuel Cavazos Lerma, a quienes gustaban los sombreros tejanos. Durante el gobierno de don Enrique, me compraron varios artículos para regalo destinados a importantes personalidades de la política.
Recuerdo que el general Gárate me enviaba los sombreros Stetson con el capitán Peralta para que se los lavara y planchara. Esa marca la fabricaba y distribuía en México la Casa Tardan. En aquellos años todo mundo usaba sombrero, ahora la mayoría son los campesinos y quienes acuden a los bailes. Bueno, a Vicente Fox, también le gusta portarlo. A todos los políticos les gusta usar sombrero.”
¿Cuáles son las principales marcas…las más prestigiadas?
“Nos abastecemos principalmente de fábricas de Guanajuato y Michoacán. Las de mayor prestigio son Royal, Tombstone, Resistol, West Point, Panamá…pero el tipo de sombrero que más les gusta a los tamaulipecos es el tejano y vaquero. La materia prima para producirlo es variada: palma, pelo de conejo, pelo de castor, paja, algodón, lana de borrego, trigo y cartón. El más corriente es el de papel y fibras sintéticas. En la actualidad, existen muchas imitaciones del Panamá…los chinos son expertos en eso. El original es un sombrero caro. Hace algunos años los victorenses usaban ese sombrero. Me los enviaban de la fábrica enrollados en una caja, y yo los armaba. Las principales fábricas se localizan en San Francisco del Rincón, Guanajuato.”
¿Usted recomienda usar sombrero?
“La prenda es muy útil por diversas razones. En esta temporada de primavera y verano es muy bueno para evitar los rayos solares en la cabeza. Los campesinos lo utilizan para el trabajo; y tiene una función decorativa. En tiempo de frío y lluvia, evita enfermedades
respiratorias. El modelo a utilizar depende de la forma de la cara y cabeza. Es un sinónimo de elegancia en reuniones de ganaderos, corridas de toros y torneos de tenis. Yo únicamente vendo sombreros para hombres. Quitarse el sombrero ante una dama, al entrar a una iglesia o durante un funeral, es un detalle de cortesía y respeto. Las normas de urbanidad contemplaban el uso de acuerdo a la ocasión. Al que le sirva el sombrero, que se lo ponga” y “En Agosto y en enero, no tomes el sol sin sombrero.” Son dos refranes antiguos, para cuidar la salud.”
¿Recuerda un sombrero es especial?
“Hay un Stetson tejano, edición especial que se fabricó con pelo de nutria en la década de los cincuenta: modelo Hundred Dollar. Su precio era de cien dólares, pero actualmente los coleccionistas lo cotizan a más de treinta mil pesos. Esta marca, es una de las más famosas a nivel mundial. La considero de mis mejores piezas, casi de museo.”
El refrán dicta no presumir con sombrero ajeno. Ante tal sentencia, es preferible comprarse uno y protegerse de las inclemencias del tiempo. Los políticos y funcionarios públicos previsores deben tener uno a la mano para la ocasión. Ellos saben que las cabalgatas que causaron furor en sexenios pasados, pueden activarse en cualquier momento.
Por su experiencia a través de muchas décadas, don Osvaldo fue sin lugar a dudas el sombrerero más especializado en cuestiones relacionadas con su trabajo. Actualmente el negocio es atendido por su hija Gladys Hinojosa, quien conserva la tradición y el servicio a la clientela.
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