Nadie puede dudar que los resultados que se dieron a conocer en la Encuesta Nacional de los Ingresos y Gastos en los Hogares 2024, nos deja una fotografía clara de los avances y con retos muy importantes para mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables. Los datos muy alentadores, por cierto, sin embargo, un análisis más detallado demuestra que aún falta mucho por hacer.
La disminución de la pobreza de 13 millones de personas, el aumento de las transferencias monetarias que en 8 años aumentaron 49%, y el aumento del gasto mensual en los hogares más pobres que pasó de 4,106 pesos en 2016 a 5,598 en 2024.
En las localidades rurales el ingreso por trabajo aumento en un 22,8% esto último como consecuencia del aumento del salario mínimo el cual pasó de 102 pesos en 2018 a 370 en 2019 y de 176 a 572 en la zona norte.
El ingreso por transferencias gubernamentales pasó del 15.5 en el año del 2016 a 17.7 en el 2024.
Lo anterior explica en parte de la disminución de la pobreza. Pero ¿Es suficiente para echar las campanas al vuelo? No exactamente.
Recordar que la pobreza en México se mide mediante 2 indicadores base: Línea de pobreza extrema por ingresos (personas con carencia alimentaria) y línea de pobreza por ingresos (personas con carencias no alimentarias). Si atendemos a la lógica meramente objetiva (recursos económicos) de la pobreza, sí, hay menos pobres y menos hambre, pero hay más carencias sociales.
El acceso a los servicios de salud cayó del 82% en el año 2016 a 63% en el año 2024. La desastrosa implementación del INSABI contribuyo a reducir el acceso a los servicios de salud, paradójicamente el INSABI se terminó convirtiendo en parte del problema y no en la solución.
Otro dato importante tiene que ver con la diferencia de ingreso por trabajo entre los hogares más pobres y los más ricos, en el año 2016 esa diferencia era de 19% mientras que para el 2024 fue de 20.3%, en otras palabras, la brecha por ingreso de trabajo se hizo más amplia entre pobres y ricos. ¿No se supone que quieren reducir las desigualdades?
Avances, si hay. Los hogares con piso de tierra bajaron de 3% en 2016 a 2.4% en 2024 y los que no contaban con agua entubada pasaron de 7.2 en 2016 a 3.3% en 2024. Estas mejoras resultan insuficientes. Entonces, yo aquí les pregunto ¿Es cierto que por el bien de todos primero los pobres?
Sí…. y no. Sí porque hubo una reducción considerable de la pobreza extrema, con periodo de pandemia incluido. No porque hubo un retroceso en cuanto a derechos sociales, los cuales resultan indispensables para tener una vida digna y en eso todavía hay mucho por hacer.
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