El Gobierno de Chile presentó una protesta formal a Estados Unidos tras las recientes declaraciones del embajador Brandon Judd, quien criticó al presidente Gabriel Boric y opinó sobre el proceso electoral chileno. Las autoridades consideran que los comentarios violan la no intervención y afectan la relación bilateral.
El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, señaló que las afirmaciones del diplomático estadounidense fueron “inapropiadas y desafortunadas”, especialmente al referirse a la crítica de Boric hacia la política medioambiental del presidente Donald Trump. De acuerdo con Van Klaveren, estas expresiones representan una intervención directa en asuntos internos.
El canciller remarcó que Chile valora su vínculo con Estados Unidos como el de un “país amigo”, pero subrayó que ese respeto debe sostenerse siempre sobre la base de la dignidad nacional. Añadió que este tipo de mensajes no aporta a una relación constructiva y contradice el espíritu de cooperación que ambos gobiernos dicen perseguir.
Brandon Judd, con apenas once días en el cargo, expresó que le “decepcionaban” las críticas de Boric a la administración Trump, asegurando que estos señalamientos “dañan la relación bilateral” y afectan al pueblo chileno. Sus comentarios generaron inquietud dentro del Ejecutivo chileno, que considera esencial mantener un diálogo respetuoso.
Además, el embajador fue cuestionado por la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrará en diciembre. Judd afirmó que es “más fácil trabajar” con gobiernos ideológicamente alineados, comentario que fue interpretado como una preferencia explícita en una contienda donde compiten Jeannette Jara, candidata del oficialismo, y José Antonio Kast, representante de la ultraderecha.
El Gobierno chileno enfatizó que vigilará con atención los próximos pasos diplomáticos, reiterando la importancia de mantener canales de comunicación respetuosos. También destacó que su postura busca resguardar la soberanía del país y evitar precedentes que pongan en duda la autonomía de sus decisiones políticas.
La protesta formal marca un momento relevante en la relación bilateral, pues abre un nuevo capítulo en las tensiones diplomáticas entre Santiago y Washington, especialmente en un contexto electoral y de debate internacional sobre políticas medioambientales.







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