Es de esperar que este veinte de noviembre la CDMX viva una jornada igual o peor que la del pasado sábado. En este sentido la ultraderecha incrustada de lleno en las movilizaciones de la llamada “Generación Z” está lista para operar otra provocación. Sea que los opositores encontraron viable camino para acusar al supremo gobierno de represión y así mostrarlo ante el mundo cuando en realidad el caos fue originado por grupos violentos seguramente patrocinados por quienes rechazan la 4T debido a que afecta intereses políticos o económicos.
Falso es que se reprima a los jóvenes cuando por el contrario son apoyados y alentados para que alejados de vicios y tentaciones ofrecidas por organizaciones delictivas, forjen digno porvenir. Y ni modo que sea invento si el resto de los mexicas sabemos que tal respaldo es entregado en pesos contantes y sonantes. Pero además se multiplican las oportunidades de estudio y empleo. Ahora como nunca, las nuevas generaciones tienen a su alcance la posibilidad de convertirse en profesionistas preparados al más alto nivel y en forma gratuita, desde luego.
Lo cierto es que las organizaciones fascistas actúan bajo la sombra del anonimato en el objetivo de sembrar desconfianza contra las autoridades. Sembrar desconfianza y hasta odio, digo, y es aquí donde aparecen empresarios, partidos, medios de comunicación y fanáticos religiosos. En este caso no extraña que entre los asaltantes a Palacio Nacional aparecieran algunos influenciados por élites católicas que no cesan de llamar a la resistencia “contra los comunistas que dirigen el país”. Tal cual sucedió hace cien años en que la iglesia se enfrentó al gobierno revolucionario dirigido por Plutarco Elías Calles. Un siglo después se repite la historia, ¿acaso es coincidencia que durante la manifestación se escuchara de nuevo “¡Viva Cristo Rey!”, grito de batalla de los miles que fueron enviados literalmente a la muerte por el clero que entonces, como ahora, pretende recuperar privilegios?.
Por su parte los medios de comunicación tramposamente esconden las imágenes de las agresiones a la policía y de igual forma minimizan que ciento veinte de ellos, incluidas algunas mujeres, fueron enviados(as) al hospital como resultado del ataque salvaje a manos de afiebrados locos. Después de analizar los hechos no queda duda que todo fue un operativo bajo consigna donde para fortuna no hubo difuntos, pero la minoría rapaz los va a buscar. De ahí la convocatoria para repetir la manifestación en el aniversario de la
Revolución Mexicana cuya celebración por lo general es encabezado por las fuerzas armadas. Ojo que no será lo mismo enfrentar a policías que al ejército.
Los diversos sectores, como es lógico, rechazan y condenan la violencia, en tanto Doña Claudia se alza como defensora de la democracia y la justicia. Razón le asiste para señalar que nada ni nadie detendrá el proceso transformador de la república precisamente porque cuenta con el apoyo mayoritario que la totalidad de las encuestas registran en promedio del 75 por ciento.
Después de lo sucedido el sábado es claro que la oposición quiere sangre al costo que sea, no solo para desprestigiar al régimen morenista, sino “para exigir” la renuncia de Claudia Sheinbaum ignorando que los golpes de estado pasaron a la historia y que ahora el poder se gana en las urnas, es decir, en la democracia y a través de argumentos y proyectos de nación que convenzan. Para desgracia de los adversarios el verdadero pueblo está con la Señora Presidenta, he aquí su fortaleza y valentía. ¡Y háganle como quieran!. Pelaos estos.
SUCEDE QUE
Siguen descubriendo irregularidades del anterior sexenio y aquel que les platiqué que no duerme de tanta mortificación…hasta ha de creer.
Y hasta la próxima.







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