Caminar es una actividad cotidiana de casi todos, salvo los bebés, ancianos postrados o personas con algún impedimento por discapacidad.
Lo hacemos al interior de la casa, para entrar y salir de ella, en la oficina, escuela o el trabajo en el campo.
Caminar el vital para la salud física y mental del organismo.
Pero también para salud económica y social de cada comunidad.
Por ello es fundamental contar con espacios especiales para ello. Los diseñamos en los hogares, en oficinas, es edificios, en parques, en plazas con la intención de poder hacerlo con facilidad, seguridad y agilidad, es decir libres de obstáculos.
Es la función de los pasillos interiores o exteriores en casas, oficinas, edificios, supermercados, complejos habitaciones, deportivos o industriales.
Importantísimo que siempre estén presentes, porque una gran parte de las actividades productivas de la economía y familiares en los hogares se realizan a través de la movilidad de las personas en sus espacios y entornos.
Y es que llegamos al mundo equipados para funcionar muy bien sin bicicleta, motocicleta, automóvil, autobús, metro, tres o avión. Esos son los medios de transporte creados por el humano para dinamizar su movilidad.
Pero todos somos peatones la mayor parte del día, pues caminamos para atender necesidad básicas, fisiológicas, laborales o económicas.
Desgraciadamente, en la mayor parte de las ciudades del mundo, de nuestro país México, del estado de Tamaulipas y en particular en Ciudad Victoria, la planeación urbana es un desastre.
Aunque hay esfuerzos en lo operativo y muchos reglamentos y leyes en lo normativo, en los hechos son letra muerta.
En el espacio público, para el uso colectivo, casi no se diseñaron de manera correcta las calles con banquetas de dimensiones justas para la movilidad peatonal.
En cualquier parte de la ciudad, sea la zona comercial del centro, una colonia popular, un fraccionamiento, un parque, una escuela o un centro laboral, las banquetas son muy irregulares y están plagadas de obstáculos que no solo impiden el paso continuo, sino que son un riesgo para el transeúnte.
Trasladarse a pie de un domicilio a un centro laboral o a un merado o tienda es todo un viacrucis para cualquier persona, sean niños, jóvenes, adultos y muy peligroso para adultos mayores.
Y es que desgraciadamente, la tolerancia de los gobiernos municipales de los más de 250 años que tiene la ciudad, incluido el actual de Eduardo Gattás Báez, doble por la inmerecida reelección, no aplican los reglamentos de construcción ni planes de desarrollo urbano o reglamentos de comercio.
Eso hace que las baquetas, que son un espacio público, es decir, de la comunidad, no del propietario del inmueble, sean usadas como una extensión de la vivienda o negocio.
Caminar por cualquier calle de Ciudad Victoria, salvo honrosas excepciones se convierte en una caminata de obstáculos, que pone en riesgo la integridad física del peatón, cualquiera que sea su edad y condición física.
Por lo regular, por las mañanas o noches salgo a caminar una hora, en atención a las recomendaciones para una mejor salud física y mental, como lo sugiere la Secretaría de Salud Estatal a cargo de Vicente Hernández Navarro, que por cierto ha creado la Dirección de Medicina del Estilo de Vida Saludable que tiene a su vez un Departamento de Activación Física.
Quizá sea de los privilegiados de la ciudad que solo tengo que esquivar los obstáculos de la calle Hidalgo del 22 al 17 o de la calle Juárez del 22 al 17, (que no son pocos) para de ahí enfilar por el camellón central de la Avenida Francisco I. Madero hacia el norte para llegar a la Unidad Deportiva “Adolfo Ruiz Cortines” y el Estadio “Marte R. Gómez”; o hacia el sur, hasta llegar al Paseo “Pedro J. Méndez”, dos sitios dignos para caminar y ejercitarme.
La mayor parte de los victorenses, caminantes del día a día para ir a los centros laborales, al super, a la escuela o a caminar para atender el exhorto del Gobierno de Tamaulipas o del Ayuntamiento de Victoria a ejercitarse para estar en mejor estado físico saludable, son ya campeones de caminata con obstáculos por las pésimas banquetas de Cd. Victoria.
Hace unos días se me averió el auto de la suspensión por tantos baches en las calles capitalinas y le di mayor uso a las piernas.
Uno de los días caminé de casa en el centro de la ciudad al Fraccionamiento San José, a saludar al amigo y paisano Gilberto. Subí por la calle 21 (Fermín Legorreta) hasta la calle Sonora y de ahí hasta la calle 13 para llegar luego a la calle Sinaloa.
En especial por la calle Fermín Legorreta que es un par vial de la Venustiano Carranza (22), es decir, de gran tráfico vehicular y peatonal, el caminante se juega la vida en el recorrido.
Hay tramos sin banqueta, otros llenos de maleza o basura. Banquetas agostas de menos de medio metro o inexistentes, árboles, jardineras, autos atravesados; cocheras abiertas, banquetas usadas como rampas de acceso a cocheras. Otros tramos más con piso liso y resbaladizo. En otros puntos más anaqueles de fruterías repletos, anuncios de comercios u oficinas, extensiones de cocheras, casos o peroles de carnicerías con chicharrones en proceso, carretones pequeños, medianos y grandotes que venden tacos, hamburguesas o barbacoa y menudo.
En otros puntos, tanto dentro de viviendas o en la calle, perros bravos algunos solos o en jauría que obligan a bajar de la banqueta a la calle o cruzar a la hacera de enfrente.
Toda una osadía, la caminata con obstáculos por la calle Fermín Legorreta, (el 21) llamada así en honor a un ex gobernador de Tamaulipas.
Al Ayuntamiento de Lalito Gattás Báez, le recuerdo que cuidar a los victorenses es parte de su trabajo. Y que las banquetas están bajo su responsabilidad como alcalde. Aunque se trate de un problema añejo y heredado.
Hay un lema importante de otras ciudades de México que si se preocupan por el respeto al peatón: LA BANQUETA SE RESPETA”.
Aunque Lalito debería empezar por su casa allá por el sector Teocaltiche, ya que la banqueta pública del frente de su residencia la tiene como rampa para la cochera de sus múltiples vehículos.
La responsabilidad real es de todos, como comunidad. Y en ello debemos trabajar para evitar ser mañana un pueblo de lisiados.
Principalmente los Ingenieros Civiles, los Arquitectos, los Albañiles, los funcionarios e Obras Públicas de Ayuntamientos y el Gobierno del Estado.
Los de planeación urbana como la SEDUMA en sus niveles estatal y federal, entre otros, que saben que existen las nomas y son los encargados de aplicarlas.
Caminar por las calles de Cd. Victoria al azar, es por ahora un riesgo para la salud, no un factor de mejora física, aunque así lo recomienden los galenos instalados en el ejercicio del poder político estatal.
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Buen domingo familiar.







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