Mookie Betts despertó justo a tiempo y los Dodgers de Los Ángeles se negaron a morir. El estelar jardinero, silenciado durante casi toda la Serie Mundial, conectó un batazo clave de dos carreras para conducir a su equipo a una victoria de 3-1 sobre los Azulejos de Toronto y forzar un séptimo y definitivo encuentro.
Yoshinobu Yamamoto volvió a brillar en el momento más importante. No repitió la hazaña de sus juegos completos anteriores, pero con seis sólidas entradas de una carrera volvió a demostrar por qué ha sido el pitcher más dominante de esta postemporada. El japonés sumó su segundo triunfo en la Serie Mundial y el cuarto de toda la fase final.
El duelo monticular con Kevin Gausman ofreció un arranque de precisión quirúrgica; ambos retiraron a los primeros seis bateadores. El equilibrio se rompió en la tercera entrada, cuando Tommy Edman abrió con doblete. Después de dos outs y una base por bolas intencional a Shohei Ohtani, Will Smith respondió con un doble que impulsó la primera carrera del juego.
Gausman no pudo escapar del todo. Con la casa llena y dos outs, Betts conectó un batazo al jardín izquierdo que produjo dos anotaciones y cambió la noche de los Dodgers. Fue apenas su primer hit oportuno de la Serie Mundial y sus primeras carreras empujadas tras seis juegos sin hacerlo. Ese batazo representó, además, el único ataque de Los Ángeles en el partido, y apenas el quinto en sus últimas 38 entradas, muestra de la sequía ofensiva que el equipo ha enfrentado desde el octavo inning del Juego 3.
Toronto respondió en la parte baja del mismo episodio con un doble de Addison Barger y un sencillo productor de George Springer, quien regresó a la alineación tras perderse dos encuentros por lesión. Pero hasta ahí llegó la ofensiva local; Yamamoto apretó el brazo y logró contener a los campeones de la Liga Americana.
El japonés permitió cinco imparables, una base por bolas y ponchó a seis en seis entradas de trabajo. Del otro lado, Gausman completó también seis episodios, con tres hits, tres carreras, dos pasaportes y ocho ponches, recuperando el dominio después de aquel tercer inning en el que cedió toda la ofensiva rival.
El relevo de los Dodgers, tan criticado en esta serie, cumplió con lo justo. Justin Wrobleski resolvió la séptima pese a un doblete. En la octava apareció Roki Sasaki, quien retiró en orden, aunque en la novena complicó la situación con un pelotazo a Alejandro Kirk y un doblete de Barger que se incrustó bajo la barda, evitando lo que pudo haber sido un triple productor.
Con el empate en amenaza y el estadio Rogers Centre en tensión absoluta, Dave Roberts acudió a Tyler Glasnow, el lanzador programado para abrir el Juego 7. El derecho salió del problema: dominó a Ernie Clement con un elevado al cuadro y después a Andrés Giménez con una línea al jardín izquierdo que capturó Enrique Hernández. Su tiro a segunda completó el doble play que selló el triunfo y mantuvo con vida a Los Ángeles.
La Serie Mundial se definirá esta noche en Toronto. Los Azulejos enviarán a Max Scherzer al centro del diamante, mientras que los Dodgers podrían recurrir a Shohei Ohtani con apenas tres días de descanso, en un intento por completar una remontada que parecía improbable hace apenas 48 horas.






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