Un grave accidente ocurrido en el estado brasileño de Pernambuco dejó al menos 17 personas muertas y una veintena de heridos, según informaron las autoridades locales. El siniestro se produjo la noche del viernes en una carretera federal que conecta los municipios de Paranatama y Saloá, al noreste del país.
De acuerdo con el informe preliminar de la Policía de Carreteras Federal, el conductor del autobús perdió el control del vehículo, se desvió al carril contrario y terminó impactando contra unas rocas, antes de volcar sobre un banco de arena. En el transporte viajaban cerca de 40 personas, aunque solo 32 figuraban en la lista oficial de pasajeros.
Entre las víctimas se contabilizan once mujeres y cuatro hombres; el resto aún no ha sido identificado. Los 18 heridos fueron trasladados a hospitales cercanos, donde se reporta que varios permanecen en estado grave.
El conductor del autobús resultó con lesiones leves y fue sometido a una prueba de alcoholemia, la cual dio resultado negativo. En su declaración ante las autoridades, afirmó que un fallo en los frenos habría sido la causa del accidente.
El autobús tenía como destino el municipio de Brumado, en el vecino estado de Bahía. La Policía Civil abrió una investigación para determinar las causas exactas del siniestro.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva manifestó su “más sentido pésame” a los familiares de las víctimas y calificó el hecho como una “tragedia devastadora”. Desde China, la gobernadora de Pernambuco, Raquel Lyra, aseguró que su equipo “trabaja para asistir a los afectados”.
Por su parte, el gobernador de Bahía, Jerônimo Rodrigues, expresó su solidaridad y afirmó que puso a disposición los recursos de su gobierno para colaborar con las labores de rescate y apoyo a las víctimas.
Este siniestro se suma a una serie de accidentes viales que en los últimos años han afectado a las rutas del noreste brasileño, en una región marcada por carreteras deterioradas y deficiente infraestructura de transporte.
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