El cabecismo ha vuelto a levantar la cabeza —y no precisamente para pedir perdón—, sino para volver a morder donde dejó cicatrices.
Desde su cómodo exilio en el Valle de Texas, Francisco García Cabeza de Vaca mueve los hilos del viejo PAN que tanto daño le hizo a Tamaulipas, usando como operador al Truko Verástegui, a quien ya destaparon como el próximo dirigente estatal del partido. Y como buen títere, Gerardo Peña Flores, coordinador de la bancada azul en el Congreso, se adelantó a hacerle honores, siguiendo la línea del amo prófugo y repitiendo la historia de siempre: imposición, simulación y fuero para blindar la impunidad.
Porque en el fondo no se trata de reconstruir al PAN, sino de revivir al cabecismo, ese proyecto personal disfrazado de partido, donde la democracia interna nunca existió. Peña Flores habló de “liderazgo fuerte” y de “unidad”, pero todos saben que eso en su diccionario significa “alinearse o quedarse fuera”.
Lo que preparan no es una dirigencia nueva, sino el mismo teatro de imposiciones y traiciones, donde el guion siempre lo dicta quien gobierna desde el exilio texano.
Más del 80% de la militancia panista—la de a pie, la que trabaja sin reflectores ni nómina— no comulga con esa cúpula podrida.
Están hartos de que se repartan las plurinominales entre los mismos apellidos, de que los cargos se definan en cafés de Austin y no en asambleas de Victoria. Pero el cabecismo nunca ha sabido escuchar: prefiere ordenar que dialogar, imponer que convencer.
Ahora, con el “Truko” al frente, buscan repetir la historia: mantener control político, garantizar impunidad y asegurar fuero para quienes siguen pendientes con la justicia. Los mismos que
saquearon Tamaulipas con contratos inflados, moches, persecuciones y espionaje político, hoy regresan con sonrisa de campaña y discursos reciclados sobre “principios y valores”.
Pero la gente no olvida.
El pueblo de Tamaulipas aún sangra las heridas de seis años de abuso, de soberbia y de corrupción institucionalizada.
Hablan de “unidad” mientras siembran división. Hablan de “liderazgo” mientras obedecen órdenes a distancia.
Quieren vender la idea de que el PAN puede renacer… pero lo hacen con las mismas manos manchadas de la derrota y la traición.
La supuesta “renovación” azul no es más que la reencarnación del cabecismo, una burla a la memoria de los tamaulipecos y un desafío abierto a la justicia.
Y si creen que el olvido será su salvación, se equivocan. La historia reciente de Tamaulipas aún huele a impunidad, y cada intento de resurrección
cabecista es un recordatorio de lo que el pueblo no quiere volver a vivir.
Tamaulipas ya pagó demasiado por los delirios de grandeza de un grupo que confundió el poder con licencia para robar.
Y hoy, que el “Truko” vuelve a escena como peón del exilio y Peña le hace el coro desde el Congreso, queda claro que no vienen a reconciliar, vienen por revancha.
Pero esta vez, el pueblo ya no sangra en silencio.
EN OTRO TEMA, Con el entusiasmo que distingue a la comunidad universitaria, el rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Dámaso Anaya Alvarado, inauguró los Juegos Deportivos Interfacultades 2025 Zona Norte, en el Gimnasio Multidisciplinario de Reynosa, ante la presencia de más de dos mil doscientos estudiantes de Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Valle Hermoso y Río Bravo.
Durante su mensaje, el rector destacó que el deporte no solo es competencia, sino también formación integral, disciplina y sentido de identidad universitaria, pilares que fortalecen a una generación que aprende a ganar con humildad y a perder con dignidad.
Subrayó que los Juegos Interfacultades son un espacio donde el conocimiento y el esfuerzo físico se entrelazan para formar mejores ciudadanos, reafirmando el compromiso de la UAT con el desarrollo académico y humano de su juventud.
El evento reunió a las emblemáticas selecciones universitarias —Bravos, Búfalos, Buitres, Bulldogs, Coyotes, Delfines y Halcones— en un desfile que simbolizó unidad, identidad y orgullo universitario.
El rector encabezó la entrega de material deportivo y el encendido del pebetero, en una ceremonia que también reconoció a los atletas que han dejado huella en competencias nacionales.
Los ganadores de esta justa avanzarán al Interzonas UAT 2026, donde se definirán los equipos que representarán a la máxima casa de estudios de Tamaulipas en los Campeonatos Nacionales ANUIES.
Así, entre porras, colores y espíritu deportivo, la UAT volvió a demostrar que la educación y el deporte son el mismo juego: el de superarse cada día.
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