Cd. Victoria, Tamaulipas, 24 de Marzo 2020.- Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) plantean la necesidad de estudiar más a fondo algunos fenómenos que se dan en torno a los incendios
forestales, y con ello, contribuir a los esfuerzos por mejorar las técnicas de predicción de
organismos nacionales y estatales.
Al respecto la investigadora del Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de la UAT, Dra.
Glenda Nelly Requena Lara, dijo que las nuevas líneas de investigación, se estructuran a
partir de la recolección de 20 años de análisis en la materia y que está soportada en tecnología
de organismos internacionales.
“Se trata de tecnología que está a disposición de la gente, y a los investigadores, nos
sirve como referencia para los proyectos, en este caso de mapas. Tenemos capturado 20 años
de análisis del Noreste de México, que incluye a Tamaulipas”.
Sostuvo que entre las conclusiones de esos años de investigación, se detectaron sitios,
que a pesar de estar considerados como zonas de riesgo de incendios, no presentaron este
tipo de siniestros.
“Porque presenta material combustible, bosques, matorrales o pastizales que se
queman, que además tienen la amenaza de la intervención humana, y a pesar de todo eso no
se estaban incendiando esos sitios. Entonces queremos saber por qué ahí no, y qué podemos
aprender de ahí”.
“Y es importante porque según las previsiones de organismos como la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA), este año habrá más sequía, carencia de agua, y si hay
sequía, el bosque es material, y se espera que sea un foco de incendios”.
“Y aunque no hay evidencias científicas de ello, pero ellos tienen tendencias y de
acuerdo a modelos tecnológicos que usan, determinan cómo se prevé que sea el año de
acuerdo a lo que ha estado pasando, prevén que esté un poco más caliente y seco”, apuntó.
Señaló que la parte práctica es de los organismos responsables, pero como
universidad, la responsabilidad de los investigadores es analizar los fenómenos que rodean a
los incendios forestales para encontrar alternativas que permitan abonar a las acciones de
reacción ante dichos fenómenos.
“Es un tema que poco podemos hacer para prevenir, y quizás encontremos algún
patrón que nos sirva. Si logramos establecer un mapa de riesgo diferente al que se tiene ahora,
entonces hablamos de que se pueden establecer mejores estrategias, y en lugar de estar
vigilando zonas de baja probabilidad, se pueden priorizar otras. Mapas más precisos que los
que se tienen y que están basados en mapas del INEGI”, puntualizó.







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